¿Por qué nos gusta tanto clasificar?

Listas, grupos o familias. Sea como sea, al ser humano siempre le ha gustado tenerlo todo clasificado.

Clasificar las cosas es algo que parece innato en el ser humano. De hecho, si miramos hacia atrás en nuestra historia podemos ver ejemplos de cómo desde siempre hemos organizado las cosas de forma que nos parece lógica. Desde las especies que habitan en nuestro planeta hasta los componentes que forman toda la materia, todo está clasificado por grupos, subgrupos y otros tipos de formas de hacerlo. ¿Qué nos motiva a tenerlo todo clasificado? ¿Nos diferencia esto de algún modo? Veamos las respuestas con la ayuda de tiposde.com.mx.

Clasificar es un síntoma de inteligencia

Como especie inteligente, contamos con un cerebro analítico, que nos impulsa a encontrar lógica en todo aquello que nos rodea. Por eso, desde que somos pequeños tendemos a agrupar las cosas según determinados criterios: colores y formas, sonidos o tamaños. Es algo innato en el ser humano que no se aprecia en ninguna otra especie, señal de que hasta cierto grado somos bien distintos del resto de habitantes del planeta.

Organizado

Las listas nos ayudan a memorizar

Una de las formas de clasificación más habituales son las listas. Llevamos haciendo listas miles de años, como se puede comprobar en registros arqueológicos encontrados en diversas excavaciones. Y es que estas nos ayudan a acordarnos mejor de todas las cosas.

Cuando hablamos de listas lo primero que nos puede venir a la cabeza es la clásica lista de la compra, que resulta imprescindible para no volver a casa y darnos cuenta de que nos falta algo que necesitamos. Pero hay muchas otras razones por las que usamos listas con el fin de mejorar nuestra memoria.

No hay más que echar un vistazo a las tablas de multiplicar, que en realidad son listas de números que nos permiten acordarnos de qué cantidades se corresponden con fórmulas sencillas, las cuales nos sirven después para cálculos más avanzados.

Es más. Algunos expertos recomiendan hacer listas como ejercicio contra problemas relacionados con las enfermedades cerebrales como el Alzheimer. Por lo que podemos decir que las listas son una gimnasia mental.

El orden es lo más humano que existe

A nadie en su sano juicio le gusta que haya caos a su alrededor. Otra cosa es que el concepto de orden sea para unos lo que para otros es un desorden total. Sin embargo, clasificamos precisamente porque somos humanos. Necesitamos saber en todo momento qué cosas tenemos, cuál es su función según criterios de importancia e incluso qué otros elementos que no son necesariamente imprescindibles están presentes y cómo se organizan.

Clasificamos porque nuestra mente nos dice que dentro de nuestro entorno hay un orden, y que tenemos que saber interpretarlo de la manera adecuada. Hacerlo así nos facilita la vida enormemente, ya que de lo contrario muchas veces no sabríamos ni qué tipo de peligros hay a nuestro alrededor y cómo actuar según el grado de alerta que despiertan.

Clasificar

¿Por qué hay formas distintas de clasificar?

Después de ver que clasificar es algo imprescindible para nuestra vida cotidiana, es posible que surja la pregunta de por qué no hay un criterio unificado para determinados tipos de clasificaciones. La razón es que tenemos una independencia que nos lleva a la singularidad, en cierto sentido condicionada por determinados factores, que también organizamos según nuestro cerebro interpreta que son más o menos útiles para nuestros propósitos.

Clasificamos porque nuestro cerebro lo necesita. Y como seres humanos con pensamiento propio, es este mismo el que nos indica cómo es mejor que clasifiquemos determinadas cosas. Por eso nos gusta tanto y por eso no podemos dejar de tenerlo todo bien ordenado.

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