¿Cómo conseguir una piel sana?
La piel es el órgano más grande y más extenso del cuerpo. Protege al organsmo de agentes externos como el calor, el frío, el viento… y de agentes externos e internos como bacterias, virus, hongos y otros patógenos. La piel incluso elimina residuos del cuerpo, de modo que es importante cuidar este órgano, algo que muchas personas ignoran.
Cuando se habla del cuidado de la piel y el uso de cremas para la piel, son muchos los que creen que es un desembolso innecesario, pero la realidad no es así. En la web de Vanisima ofrecen una amplia serie de consejos sobre los mejores productos y tratamientos para garantizar una piel sana.
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La piel como reflejo de la salud general
Al igual que ocurre con el pelo y las uñas, estructuras dermatológicas que guardan mucha relación con la piel, estos elementos muestran con bastante buena relación el estado de salud general.
La piel puede avisar de enfermedades internas con cambios en su color o su textura, con la aparición de granos o manchas y además de esto, proporciona el sentido del tacto, de modo que puede ser áspera o delicada, suave o arrugada, según dicten las necesidades o la edad.
Un aspecto también relevante de la piel es que contribuye a la producción de vitamina D, que es esencial para la salud de huesos y articulaciones. Así mismo, a través de ella se muestran las emociones, la atracción social y física.
Causa importante de visitas a la consulta médica
Al ser el órgano más extenso del cuerpo humano no es de extrañar que las personas que sufren problemas en su pel representen el 10% de todos los pacientes que acuden a los médicos de familia. Este dato muestra un hecho muy a tener en cuenta, a pesar de ser la mayor estructura del organismo, solo un 10% de las consultas médicas de familia se deben a problemas relacionados, algo que indica la capacidad de resiliencia de la piel.
En este tipo de visitas, los motivos de consulta pocas veces se pueden considerar serios, pero pueden causar dolor o incapacidad, así como problemas sociales y emocionales: albinismo, psoriasis…
Sin embargo, no basta que la piel se comporte como un órgano autosuficiente y muy resistente para pensar que su buen estado de salud siempre estará garantizado. Merece y requiere cuidados adecuados, principalmente cuando vamos envejeciendo.
Los cuidados de la piel
El primer consejo para conseguir una piel saludable es mantenerla limpia. La limpieza y la higiene son los requisitos indispensables para gozar de un buen estado de salud primaria. En cualquier caso, lavar excesivamente el cuerpo con jabón va a secar la piel y la privará de su lubricante natural, el sebo. En el mercado existen productos, cremas y jabones hipoalergénicos que actúan como soluciones hidratantes y permiten que la piel se mantenga lubricada.
En cuanto a los factores externos, el mayor riesgo es el exceso de luz solar. La exposición excesiva al sol causa sequedad y quemaduras a corto plazo, y en el largo plazo estos cambios pueden provocar envejecimiento prematuro y, lo que es más preocupante, cáncer de piel.
El cuidado de la piel es fundamental a partir de cualquier edad, es más, cuanto antes se inicie esta práctica, más tardará en aparecer el envejecimiento. Este órgano no solo se mantiene protegido a base de cremas dermatológicas, ya que unos buenos hábitos de vida que incluyan dieta sana y equilibrada, la práctica de actividad física periódica y por supuesto alejar del día a día hábitos perjudiciales como el tabaco o el alcohol colaboran con este propósito.
La dieta para cuidar la piel
Se insiste constantemente en que el uso de cremas dermatológicas es imprescindible para que luzca tersa, firme y saludable, pero la realidad es que si esto no se acompaña de otras prácticas, conseguir este propósito es mucho más complicado.
La dieta juega un papel fundamental para hidratar la piel desde el interior. Uno de los consejos imprescindibles en cualquier dieta completa y equilibrada es tomar al menos dos litros de agua al día, o incorporar el agua en forma de infusiones, frutas o zumos naturales. Alimentos ricos en grasas omega 3 y frutas ricas en vitamina C son también muy recomendables para garantizar un buen estado de salud de la piel, ya que reducen el envejecimiento.