El destino perfecto para este verano
Con la llegada de las vacaciones es habitual que aprovechemos para visitar lugares a los que no podemos ir durante el año. Las islas son, en este sentido, uno de los destinos mejor valorados. Se trata de espacios paradisíacos, alejados del estrés y la cotidianeidad, y por eso son cada vez con más frecuencia el destino favorito de muchas familias. Al mismo tiempo, en España tenemos la suerte de estar rodeados de maravillosas islas: de Norte a Sur y de Este a Oeste. De hecho, prácticamente alrededor de toda la costa española aparecen buenos ejemplos de este tipo de parajes naturales, como son las Islas Cíes.
Situadas sobre la costa atlántica, las Islas Cíes se ubican en las conocidas Rías Baixas gallegas, que presentan una belleza indiscutible. Buena prueba de ello son las enormes cifras de visitas que año tras año reciben. Y este 2019 no parece que vayan a cambiar el rumbo: en las semanas previas a semana santa, las entradas se encontraban al límite habiéndose realizado de antemano 4.000 reservas. Estas islas reciben el título de parque nacional, y por ello están protegidas. Por eso, si estamos pensando en visitarlas, es conveniente reservar cuanto antes nuestro billete de barco, para asegurarnos de que no se agotarán. Pero ¿qué tienen de especial estas islas para que todo el mundo las quiera visitar? La respuesta es múltiple ya que son varios los factores que las hacen tan llamativas.
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Posibilidad de acampar en un parque nacional
No siempre es posible visitar un parque natural y poder pasar la noche en él. Esto, sin embargo, es posible en las Islas Cíes, lo cual nos permite sumergirnos por completo en su atmósfera de isla. Aunque muchos visitantes deciden disfrutarla únicamente de día, lo cierto es que pasar la noche en ella es una idea llena de magia. No solo por ser una isla y toda la simbología que ello conlleva, sino porque al pasar más tiempo en ella podemos realmente llegar a entender como es, o más bien era, la vida en ella: separados de la Península, comunicados únicamente a través de embarcaciones, en plena naturaleza y al aire libre, etc.
Flora y fauna en estado puro
Las dos son, sin duda, dos puntos fuertes de la Islas Cíes. Animales y plantas terrestres, acuáticas, en multitud de especies y formas. Estas islas hospedan a la gaviota patiamarilla, a nutrias, alcatraces, halcones peregrinos, paiños, lagartijas y lagartos, erizos y un largo etcétera de animales. Lo mismo ocurre cuando hablamos de su flora entre la cual podemos encontrar desde especies que nos resultarán familiares, como el castaño, pero también otras menos frecuentes como pueden ser la camariña, la herba namoradeira (hierba de enamorar) o el hinojo marino, entre otras.
La vida asilada de la tierra
Pasar tiempo en estas islas nos permite trasladarnos atrás en el tiempo e imaginar cómo era la vida en ellas hace 50 o 100 años. En aquella época, las comunicaciones con la Península eran mucho menos frecuentes que hoy en día y eso hacía todavía más particular la vida de la isla. Una vida de supervivencia, de aislamiento y de gran espiritualidad.