Las adicciones y su tratamiento
La adicción es una enfermedad crónica y multifactorial, basada en la búsqueda de alivio al estrés por medio del consumo de sustancias y conductas que ofrecen placer como recompensa. Se considera que una persona es adicta cuando pierde la capacidad de controlar estas conductas y abstenerse de consumir/realizar aquello a lo que tiene dependencia patológica.
Sin el tratamiento apropiado, las adicciones pueden convivir con enfermedades mentales y trastornos como la depresión, ansiedad y esquizofrenia. También es factor de riesgo para el contagio de enfermedades pulmonares, cardiacas, cáncer e infecciones de transmisión sexual como la hepatitis C y el VIH.
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Diagnóstico de la enfermedad
Los síntomas de las adicciones pueden variar de una persona a otra, siendo común el deterioro de la calidad de vida, episodios compulsivos, obsesión y una preocupación excesiva. No obstante, es imposible diagnosticar la enfermedad únicamente atendiendo a estos síntomas. El diagnóstico de las adicciones incluye pruebas de adicción a drogas junto a exámenes físicos y psicopatológicos que deben ser realizados por especialistas.
Tratamientos disponibles para las adicciones
Una vez realizado el correcto diagnóstico, es posible plantear la ruta más idónea para el tratamiento de la adicción. Ese tratamiento debe ser aplicado exclusivamente por un centro especializado en el tratamiento en el tratamiento de adicciones, donde un equipo multidisciplinar puede controlar cada una de las fases involucradas.
Para el tratamiento de adicciones se provee una combinación de terapias conductuales que van acompañadas por servicios médicos. Este proceso se puede dividir en cuatro fases esenciales:
Desintoxicación
Esta fase está destinada a lograr que el organismo del paciente se desintoxique físicamente de la sustancia a la cual se ha vuelto adicto. Además de dejar de consumir la sustancia, se utilizan compuestos farmacológicos par ‘limpiar’ el cuerpo y eliminar los rastros de drogas que generan dependencia. Esto se puede cumplirse en casa o interno en un centro hospitalario.
Deshabituación
Aquí se busca eliminar la dependencia psicológica a la sustancia que produce adicción. Esta fase incluye atención psicológica personalizada, terapia ocupacional y un arduo proceso donde se identifican los hábitos, conductas y situaciones capaces de desencadenar nuevos episodios de adicción. Durante la deshabituación se enseñan estrategias que faciliten la prevención de recaídas.
Rehabilitación
Cuando la persona ya ha conseguido desarrollar nuevos hábitos que le ayuden a no depender de sustancias con potencial adictivo. El proceso de rehabilitación puede modificar comportamientos capaces de producir recaídas, con lo cual podrán ser capaces de afrontar la vida sin la necesidad de recurrir a las drogas.
Reinserción
Implica la preparación del individuo para facilitar su reinserción de la sociedad, ayudándole a participar activamente en todos los ámbitos de la vida social, familiar y laboral, recuperando así una vida normal, similar a la que gozaba previo a la adicción. Esta fase se desarrolla de forma ambulatoria, aunque también puede completarse como interno en el centro de rehabilitación.
El tratamiento de adicciones es un procedimiento complejo, donde no existe una fórmula específica que ofrezca el mismo resultado en todas las personas, por lo que resulta necesario un enfoque multidisciplinar y profesional.