Vacaciones en Asturias, un ejemplo de turismo sostenible

Aunque llevamos años quejándonos de la crisis, hay millones de españoles que no pueden renunciar a las vacaciones, por lo menos un par de semanas al año parecen más que necesarias para desconectar y recargar las pilas.  Para los que todavía no saben donde pasar sus vacaciones, para los que no quieren dejarse una pasta en viajes transoceánicos, la recomendación para ese año es que no se olviden de las bellezas locales. Además de las ciudades y de las playas, hay maravillas incluso en entornos rurales, donde la naturaleza es la protagonista de nuestro descanso. Hoy hablamos de Asturias, una tierra llena de sorpresas, donde puedes relajarte siguiendo el estilo de turismo sostenible, una novedad que nos hace retroceder en el tiempo y que parece complacer siempre a más personas que lo prueban.

¿Quién no ha viajado alguna vez con la intención de saborear la gastronomía local, disfrutar de la naturaleza, conocer el estilo de vida de los lugareños, contemplar la labor de los artesanos y artistas, hipnotizarse con los músicos callejeros y, en definitiva, con la belleza y la cultura que resuena por los rincones de cada nuevo lugar?

Tres décadas después de que el primer hotel rural abriera sus puertas, Asturias continúa a la vanguardia, situada entre los destinos preferidos de aquellos que buscan disfrutar de un turismo alternativo que proporcione una inolvidable estancia lejos del bochornoso calor y las multitudes del verano. Contrario a los grandes complejos turísticos abarrotados que inundan nuestras costas, el modelo mayoritario de este paraíso de nuestro territorio, incluso en la costa, se basa en pequeños alojamientos y acogedores hoteles creados con mucho mimo.

La forma más rápida de llegar a Asturias es obviamente en avión. El aeropuerto de Asturias se encuentra en Santiago del Monte, a poco más de media hora en coche de Oviedo. Las pricnipales conexiones con Astrurias son desde Madrid Barajas, Barcelona El Prat, Palma de Mallorca, Valencia, Alicante, Málaga y Sevilla. Si vienes del Sur o del centro de la península, lo ideal es buscar un vuelo a buen precio, dejar el coche en el aeropuerto y olvidarte de tus problemas durante un par de semanas.

La orografía que da vida a su espectacular paisaje, lleno de valles, bosques, ríos y lagos, además de su proximidad al mar, hacen de este territorio un lugar excelente para gozar de un verano fresco y un invierno suave y agradable. Sus noches frescas son en su mayoría otro de los puntos predilectos de los viajeros que acuden hasta este lugar para alejarse del calor agobiante del verano.

Su medio ambiente permite además practicar todo tipo de actividades, así como visitar las calles de algunas de sus zonas con más encanto, ya sea Taramundi, Sotres, Pola de Somiedo o San Juan de Beleño, y todo un sinfín de aldeas, pueblos y villas singulares y acogedoras.

Los locales con sus costumbres, sus tradiciones y sus paisajes

A menudo junto a la sustentabilidad, el turismo rural apoya además actividades que impulsan el desarrollo local y mantienen lejos de las multitudes que generan un fuerte y negativo impacto medioambiental. Por lo mismo, pocos destinos pueden presumir así de conservar su magia como lo mantiene este territorio del noroeste de la península Ibérica.

Turismo en Asturias

Más allá de sus paisajes y escenarios, Asturias ofrece un turismo individual, donde la estancia se convertirá en una experiencia única al explorar cada uno de sus paraísos, tanto culturales como naturales. Lejos de unas vacaciones típicas, los días de descanso se convierten en una experiencia personalizada y adaptada al antojo particular del visitante.

Son dieciocho los pueblos marineros en total los que se esparcen a través de la zigzagueante costa asturiana, ofreciendo a los visitantes explorar desde sus calles, sus cascos antiguos o restaurantes, hasta los acantilados, las villas de pescadores o las sidrerías de cocina marinera.

Un viaje disfrutable con tranquilidad y sin prisa

Sin importar las infinitas e inmensas opciones que ofrece este entorno para disfrutar, no deja de ser uno de los destinos ideales para el slow travel, un término que surgió como una idea opuesta a aquella lista eterna de cosas que hacer con la que saturamos nuestros días cuando viajamos.

Haciendo a un lado la guía de viajes y la necesidad por hacer todas las actividades y conocer todos los lugares de la lista, Asturias sigue siendo también, el destino ideal para los que buscan, simplemente, conocer con tranquilidad un nuevo lugar, su gente, sus tradiciones y, sobre todo, sus costumbres.

Al rededor de doscientas playas se reparten a lo largo de toda la costa asturiana, cuya predilecta geografía nos obsequia paso a paso enormes riberas con vistas a la montaña, miradores, cabos, villas marineras, lagos, caminos empedrados, arenales o calas escondidas.

Turismo responsable por excelencia

Cada uno de estos lugares tiene un encanto particular, donde cada viajero puede explorar a su gusto y disfrutar de una cautivadora biodiversidad. Costas como la de Gijón, Llanes o Ribadesella llevaron al Principado a recibir una vez mas este año seis banderas de calidad, concedidas por el Instituto para la Calidad Turística Española.

Este año, el litoral asturiano ha contenido también  sus doce banderas azules, pues el recorrido de 345 kilómetros que rodea la Costa Verde es presumido por ser uno de los paisajes más formidables de la geografía cantábrica.

Además Asturias cuenta con una tercera parte de su territorio protegido, un ejemplo medioambiental y eco-amigable que da vida a sus siete Reservas de la Biosfera declaradas por la Unesco. Junto a lugares tan característicos como los Picos de Europa, el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, el de Somiedo o el de Las Ubiñas-La Mesa, este territorio cuenta con aproximadamente setenta espacios protegidos para poder explorar la naturaleza a su más pura esencia.

Como conclusión, nunca se puede dejar de aprovechar la oportunidad de conocer un lugar tan mágico, recóndito, y tradicional como las Asturias. De un carácter campirano empapado con la gastronomía y la hospitalidad local, junto con sus paisajes, lagunas, lagos, villas, caminos y sus escenarios montañosos, harán de esta visita una experiencia excitante, relajante y a su vez inolvidable para cualquier viajero que quiera visitar este pequeño edén al noroeste de la península.

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