¡La informática ya no tiene nada que ver con lo que era!
Ya han pasado casi dos décadas desde el cambio de siglo. Sin embargo, desde una perspectiva puramente tecnológica, podría dar la sensación de estar en un mundo completamente diferente, si se piensa en cómo era la informática hace tan solo algunos años.
En ese tiempo no había servicios CDN, plugins de caché que se activaran con un click, ni WordPress. Por el año 2003 se alquilaba espacio en datacenters en el Reino Unido, para que ofreciesen un enchufe y un cable de red. También se compraban estructuras de acero para incluir los racks que se adquirían separadamente, dando la posibilidad de alojar una web con más de 200.000 visitas diarias.
Los programadores y analistas tenían que ingeniárselas para crear sistemas de caché en consultas de bases de datos que permitieran un equilibrio entre aquello que el visitante quería leer, y lo que podía ofrecer la infraestructura.
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De las plantillas html de antaño, a un diseño en sintonía con el hardware
Sí se podía programar gran cantidad de trucos para que el servidor no tuviese que acceder a los datos miles de veces por segundo. También se podían crear plantillas html con agujeros dinámicos, de forma que se agilizara la carga del contenido. Pero es cierto también que los procesadores de esa época, así como la memoria RAM, eran de un nivel absolutamente distinto a lo que se tiene hoy día en cualquier empresa de hosting.
Tanto los servicios de caché de las plataformas CMS como los CDN, que replican los contenidos en distintos servidores del mundo entero, de modo que no queda toda la responsabilidad en una única máquina, han contribuido enormemente en el crecimiento de importantes proyectos web y en servicios en la nueva. No obstante, las tendencias del diseño están evolucionando a la velocidad del rayo, y se deben sincronizar con el mundo del hardware.
Expertos del sector han querido comentar algunos importantes detalles acerca de esta evolución. Concretamente, han hecho referencia a que la velocidad de carga en las páginas tiene que mantener hoy en día un equilibrio perfecto con su diseño web. En este sentido, es importante pensar siempre en el número de recursos que se deben cargar para brindar una buena experiencia al visitante, sin olvidar que un segundo más de tiempo de carga, en muchos casos, puede ser decisivo.
La velocidad de carga no debe ser rápida, ¡sino rapidísima!
De modo que actualmente se vive una fase en la que la velocidad de carga se puede considerar lo más importante cuando se diseña una página web. Debe ser compatible con móviles y tabletas, actualizarse de forma frecuente, estar libre de banners publicitarios “incómodos” y, de ser posible, que cargue en menos de un segundo. Se trata de los requisitos de la generación X, es decir, de los que desean inmediatez en la información y que en muchas ocasiones buscan más haciendo sus preguntas en Instagram que en Google.
Elementos tales como los gifs animados, los colores excesivamente llamativos, las tablas o los botones para buscar, han ido desapareciendo del diseño web a lo largo de los últimos años. La revolución de la web 2.0, el ajax y las páginas responsivas, entre otros conceptos, han supuesto toda una revolución en la manera de consumir Internet, haciendo que queden en el olvido aquellos diseños cuadrados que imperaban hace algún tiempo.