Innsbruck, ciudad encantada rodeada por los Alpes
Enclavada en medio de las más hermosas montañas, la ciudad de Innsbruck esconde calles llenas de color, monumentos impresionantes y una oferta gastronómica a la que es muy difícil resistirse. Se trata de una ciudad privilegiada y llena de encanto, cuyo principal atractivo natural es la de los Alpes austriacos, aunque también es una urbe cosmopolita que combina naturaleza y comodidad para hacer sentir bien recibidos a todos sus visitantes.
La ciudad de Innsbruck se encuentra situada al oeste de Austria, rodeada por inmensas montañas llenas de encanto. Se trata de una ciudad histórica en la que se puede disfrutar la comodidad de la ciudad pero que en solo 20 minutos se puede transformar en un destino de aventura, ya que cuenta con un teleférico que no puede llevar a 2000 metros de altura.
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Una ciudad llena de historia
La ciudad tuvo su origen como un campamento dedicado a las rutas comerciales que atravesaban los Alpes. Justamente fue el comercio, una de las actividades que le otorgó ingresos a Innsbruck y ya para el siglo XIII se había convertido en una ciudad.
Dentro de la ciudad predomina un estilo arquitectónico gótico y posee un casco histórico impresionante, lleno de edificios en excelente estado de conservación. Herzog Friedrich Strasse, que alguna vez fue la avenida principal de la ciudad, está llena de pasadizos estrechos por los que se puede caminar.
Hay otros monumentos impresionantes como Basílica de Wilten y la Torre de la Ciudad, la cual pertenecía al antiguo ayuntamiento y es considerado uno de los monumentos más impresionantes al que además podemos subir y conseguir una maravillosa vista panorámica de la ciudad.
Un dato curioso de esta ciudad es que en 1985, Daniel Swarovski creó la firma de cristales más importante de mundo y la ubicó en un pueblo muy cercano a la ciudad. Desde entonces, dentro de la ciudad se encuentra los “Mundos de Cristal de Swarovski”, un hermoso museo en donde los más afamados artistas del mundo han diseñado obras de arte utilizando los cristales de la firma y los mismos se exhiben en salones subterráneos en donde se mezcla la moda, el diseño y las artes.
Diversión en las montañas
Aunque la ciudad es impresionante y está llena de un encanto particular, la verdadera protagonista del lugar es la naturaleza. En Innsbruck es posible disfrutar de inigualables experiencias en verano y en invierno.
Los picos que rodean la ciudad se alzan hasta los 2.500 metros de altura y dado que la ciudad se encuentra a 500 msnm, se produce un impresionante desnivel de 2000 metros que dan la sensación de que la ciudad se encuentra dominada totalmente por los Alpes austriacos.
Ascender estos picos es una experiencia maravillosa. El acceso se da a través de un teleférico, aunque diversas rutas de senderismo permiten el ascenso a pie. Es Nordkette el pico más visitado, pero de hacerlo a pie necesitarás la guía de un experto y tendrás que acampar durante la noche. Una montaña más pequeña y que puede ser escalada en solo un día es el pico Patscherkofel.
El Alpenzoo Innsbruck, situado a los pies del pico Nordkette, te permitirá conocer más de 150 especies diferentes, representando la variedad de la vida alpina junto a una hermosa vista de los techos de la ciudad. Se accede con un boleto combinado que incluye la entrada ida y vuelta al teleférico Nordkettenbahnen, el cual tiene un recorrido de 20 minutos y donde es posible disfrutar los sonidos de la naturaleza en todo su esplendor.
En Innsbruck se come en abundancia
Como en casi todos los lugares fríos, la comida es fuerte para que podamos almacenar las suficientes fuerzas para combatir las bajas temperaturas. La oferta gastronómica se basa en una mezcla de lo mejor de las especialidades europeas pero con características muy particulares que marcan grandes diferencias.
Los platos fuertes se basan principalmente en carne y pescados en compañía de legumbres. Los quesos son muy famosos, principalmente los que se elaboran en las montañas y acompañan platillos tradicionales como el Specknödel.
El estofado de venado, las chuletas de cerdo y la trucha frita son algunas de las especialidades más comunes en la ciudad. Los knödel son otro plato afamado, el cual consiste en una albóndiga que suele llevar tocino, queso y espinacas. Tafelspitz es otra de las especialidades culinarias típicas de la zona, es carne hervida y acompañada de una deliciosa salsa de arándanos y que se acompaña con vino tinto o vino blanco.