El premio como mejor método para el entrenamiento de perros
Adiestrar a un perro puede ser de las tareas más divertidas que podemos asumir, siempre y cuando la paciencia y el amor sean tus principales aliados. Existen muchos métodos de entrenamiento, pero en el presente post nos inclinaremos en dar a conocer el método de la recompensa, como el más apropiado para tu mascota.
Las mascotas en el hogar son un miembro más de la familia. Decidir asumir la crianza de un perro es una responsabilidad que siempre resultará en una grata experiencia, siempre y cuando desde su llegada se asuma un plan de entrenamiento que le ayude a distinguir sus límites y a identificar la voz de autoridad del hogar, labor que cuenta con variados métodos.
En este post nos inclinaremos por aquellos que buscan recompensar las actitudes positivas, en vez de castigar de manera permanente las negativas, por lo que te ofrecemos algunas razones para optar por ellas.
Primero que todo, el entrenamiento por recompensa se trata de dar órdenes constantes, utilizando siempre las mismas palabras asociadas a la reacción que deseamos conseguir, acompañado de un elemento gratificante para tu mascota. Si bien las caricias es algo de lo que disfruta, al principio se debe buscar técnicas más elementales como la comida, pues ésta facilita la asociación.
Especialistas aseguran que los perros aprenden por repeticiones, por lo que si cada vez que se sienta -o que le indicamos cómo hacerlo-, le damos un premio, asumirá que cuando oiga la orden de “sentado” obtendrá comida. “Poco a poco debemos ir espaciando los premios al dar la orden y sustituirlos por caricias o buenas palabras, para que al final solo nos obedezca porque nosotros se lo decimos y su única recompensa será un “muy bien”. Sino nuestro perro solo nos obedecerá si le damos comida”.
Al respecto, el psicólogo canino Erick Fariña asegura que es importante tener clara la diferencia entre recompensa e incentivo. La primera, asegura el especialista que “no es visible o en todo caso, no le es directamente accesible al perro hasta que éste haya tenido el comportamiento deseado. El incentivo sí que está disponible de inmediato y el perro no puede saber qué comportamiento le ha permitido conseguirlo”.
Para hacer un ejemplo: señala que “muchas personas, al no conseguir que el perro acuda cuando lo llaman, le muestran comida para atraerlo. No cabe duda que en tales condiciones el perro acudirá pero, después, sólo reproducirá aquel comportamiento si ve la comida, que en este caso tiene una función de incentivo. En tal supuesto, recompensar consistirá en darle una golosina cualquiera cuando el perro haya respondido a la llamada y acuda”.
¿Cómo escoger los premios adecuados?
A veces nos parecen todas iguales, pero si lees con atención los ingredientes y las características de los paquetes o cajas de los mismos verás que existen diferencias notables. Algunas recomendaciones de especialistas al respecto son:
- Las golosinas que contengan altos niveles de calcio son los más ideales para cachorros.
- Para perros obesos existen aquellas golosinas que son light, aunque son menos frecuentes.
- Evita todos aquellos productos que contengan aditivos, conservantes y colorantes, lo mejor son aquellos que son naturales y con menos presencia pigmentos.
Las recompensas sólo deben darse cuando tu mascota obedezca a alguna orden o este haciendo bien algo que le has enseñado.
Un buen premio puede ser también un trozo de fruta de las permitidas o un trozo de pavo bajo en grasas. No debes limitarte a darle sólo galletas, también existen muchos alimentos que podemos utilizar para premiarlos, unos más sanos que otros.
Muchas tiendas online ofrecen variedad de gustosos productos para acompañar las rutinas con tu mascota. Algunas, como CBD dog treats, incluso han desarrollado alimentos especiales para perros ansiosos o muy nerviosos, cuyos ingredientes (como el aceite de cáñamo) ayudan a mantenerse más calmados y relajados, contribuyendo a ese estado anímico necesario para poder asimilar con tranquilidad la rutina de entrenamiento.