¿Qué son y qué hacer cuando tienes una ampolla?
A todos nos ha ocurrido alguna vez en la vida. Cuando se camina demasiado con zapatos nuevos o cuando se producen quemaduras, emergen las ampollas, unas burbujas llenas de líquido que al romperse resultan bastante dolorosas y pueden infectarse si no se tratan de la forma adecuada.
Pero, ¿sabías que aparecen para protegernos? Estas se producen con el roce continúo de algún material sobre la piel y resulta bastante molesto, por lo que la primera opción es drenarla y de ese modo disminuir la inflamación dolorosa.
Hoy te contaremos qué son exactamente las ampollas y que debemos hacer cuando aparece una, para ayudar a que la lesión sane de forma rápida y menos dolorosa.
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¿Qué son las ampollas?
Las ampollas son lesiones en forma de burbuja que aparecen en la piel como resultado de la fricción o el roce prolongado.
Flictenas es el término médico adecuado, y se refiere a una vesícula llena de líquido transparente, usualmente acompañado de un poco de sangre.
Se trata de un mecanismo de protección que permite que la piel lastimada pueda regenerarse con mayor facilidad, dado que en el líquido se proveen algunos nutrientes indispensables para la regeneración de los tejidos. La ampolla se rompe y desaparece por sí misma una vez que el tejido se ha regenerado, aunque dependiendo de su ubicación, puede resultar muy molesta y dolorosa.
¿Qué hacer cuando tienes una ampolla?
Cuando la ampolla es de un tamaño que supera los 3 cm de diámetro o se encuentra en un área muy dolorosa, es necesario proceder a drenar el líquido para evitar mayores incomodidades, pero siempre han de tomarse algunas medidas especiales para evitar infecciones.
- Cuando sea necesario explotar la ampolla y drenar el líquido interior, es importante hacerlo en un entorno higiénico. la zona de la herida debe ser lavada con agua y jabón, así como desinfectada con agua oxigenada.
- Siempre es preferible el uso de agujas esterilizadas de uso médico, sin embargo, esto no siempre es posible. En tal caso es posible usar una aguja común, pero que sea previamente esterilizada remojando por unos minutos en alcohol o aplicando fuego a la punta.
- Se pincha una sola vez en los laterales hasta que todo el líquido salga, presionando con una gasa estéril para hacer más sencillo el procedimiento. No es buena idea realizar más de un pinchazo.
- Una vez que se ha vaciado el líquido, se toma otra gasa estéril y se limpia la zona con betadine, sin arrancar la porción de piel que ha quedado excedente.
- La zona se debe cubrir de inmediato con productos para ampollas que permitan la cicatrización adecuada de la herida, evitando el contacto con agentes infecciosos del exterior.
En general, las ampollas evolucionan muy rápido y en unos cinco días podrá verse la piel interior renovada por completo, pero hay que mantener vigilancia sobre la lesión y acudir al médico en caso de que la misma tenga un dolor muy fuerte o se observe pus.