Midiendo la velocidad de Internet
Internet se ha convertido en una necesidad es prácticamente todos los hogares del mundo. En España esta tendencia no es diferente. Así como las personas se preocupan de tener servicios necesarios como puede ser el agua, la luz y el gas, también hacen lo propio con su conexión a internet.
Actualmente son muchas las empresas que prestan este servicio. Todas ofrecen planes bastante cómodos y sobre todo ajustables a cada tipo de cliente y su familia. En la mayoría de los casos, ofrecen una gran velocidad de navegación.
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Cómo funciona Internet en España
La velocidad de Internet se mide en megabits. Para que una conexión sea considerada de banda ancha debe superar 1 megabits por segundo. En el caso de Europa y especialmente de España todas las velocidades son superiores a esta cifra.
El alcance de Internet en España igualmente es muy superior a la de otros países. Estas estadísticas refieren que al menos el 97% la población tiene acceso a Internet de 2 megabits por segundo. De este porcentaje, al menos el 88% cuenta con velocidades superiores a los 10 megabits y así sucesivamente hasta llevar a velocidades de navegación incluso por encima de 100 megabits.
Los prestadores de servicio de Internet en el caso de los hogares, lo hacen a través de un sistema de líneas de fibra óptica, entre otras cosas por la ventaja que ofrece esta tecnología en materia de velocidad de navegación, permitiendo alcanzar mayores niveles por cada conexión y ofreciendo una mejor experiencia para el cliente. Esta aplicación ha permitido el aumento de los usuarios en materia de cobertura, en 2016 estaba cerca del 56% la población.
Mejorando la experiencia de uso
Básicamente cuando una persona navega en Internet quiere tres cosas fundamentales. Primero necesita una velocidad de navegación que le pueda ayudar a ingresar mucho más fácil y sobre todo más rápido a los diferentes sitios web que quiera visitar. Esto es lo que se conoce como velocidad de descarga o de bajada, que es el tiempo que demoran los datos desde la red hasta el ordenador.
En segundo lugar destaca la velocidad de subida, que como su nombre indica sería el tiempo que transcurre entre que se envíen los datos del ordenador y la respuesta que se obtiene en Internet. Y en tercer lugar está la latencia o en ping, que hasta ahora era un factor un poco dejado de lado, pero igual de importante en la experiencia del usuario, este se basa en el tiempo exacto que demora en transmitirse el mensaje dentro de la red.
Si bien estos términos pueden parecer un poco confusos en primera instancia, todos se relacionan en la capacidad que tiene la empresa suministradora de servicio de ocupar más o menos tiempo para obtener respuestas en Internet o disfrutar de algún servicio relacionado con su uso. Normalmente estos números deberían quedar claros al momento de firmar el contrato de servicio, pero muchas veces, los clientes no conocen a ciencia cierta cuáles son y allí es donde pueden presentarse inconvenientes. Esto por el hecho de que muchas empresas ofrecen servicios de navegación a velocidad superiores y la realidad al momento de estar frente al ordenador o desde cualquier dispositivo móvil es otra.
Una gran opción para saber si es real es esta capacidad de navegación es realizar un test de velocidad. La manera de hacerlo es sumamente sencilla. Tan solo se debe ingresar a la página web y dar a la opción de iniciar el test, normalmente no toma un tiempo mayor de 30 segundos en obtener los resultados.
En base a esto, la persona podrá comparar los números arrojados y los ofrecidos por la compañía al momento de contratar el servicio, siempre teniendo en cuenta que a pesar de que estas cifras no son completamente exactas sí tienen una proximidad bastante alta con las velocidades de la red a través de los diferentes procesos.
Analizando resultados
Es recomendable aplicar este test de velocidad varias veces durante el día, tendiendo en cuenta que la red puede verse un poco más o menos congestionada dependiendo de la hora. Por lo cual realizarlo varias veces permitirá tener una lectura un poco más real de la situación.
El realizar esta prueba entre otras cosas permitirá despejar dudas sobre el comportamiento de un sitio web en específico. Por ejemplo, si uno de los lugares favoritos en Internet de un momento a otro empieza a mostrar problemas de conectividad, el aplicar este test ayudará a saber si el problema radica en la conexión de la persona o por el contrario, problemas propios de la página web.
Sin importar en qué lugar de España o región del mundo se encuentre el ordenador o el dispositivo desde el que se quiera medir la velocidad de conexión, este test ofrece una alternativa bastante eficiente ya que puede aplicarse desde cualquier tipo de origen y sin que la ubicación importe. Simplemente analizará la conexión de la cuál se está ingresando a la página web.
Vigilar que otros no estén restando velocidad de navegación
En otras ocasiones el problema puede venir derivado de otros agentes que no tienen nada que ver, por lo menos de forma directa, con la velocidad general de navegación.
De hecho cuando la velocidad de navegación no es la más indicada, lo más normal es que el problema no sea debido a un problema de quien facilita el servicio, sino que este fallo tiene más probabilidades de que venga porque otro usuario está robando parte de la señal Wifi. En estos casos, es conveniente asegurar que ningún vecino haya dado con la contraseña de la señal wifi.
Asimismo, si en ese momento hay muchos dispositivos conectados a la misma red (varios miembros de la misma familia) es bastante probable que la línea se encuentre saturada y le cueste ofrecer la información a la velocidad contratada.
E incluso tampoco hay que descartar de que este incidente venga derivado de la antigüedad y mal uso del dispositivo que se está usando. Un ordenador, un portátil, un móvil en mal estado ralentizan mucho la experiencia del usuario.