10 ventajas del transporte público
Usar medios de transporte que no sean nuestro propio vehículo puede ser muy beneficioso.
Tanto si vivimos en una zona urbana como si estamos en un pueblo, la mayoría de nosotros dispone de su propio coche para realizar desplazamientos. Hay que dice que así tiene mayor libertad, porque no depende de horarios o trasbordos. Aunque en cierto sentido es verdad, también hay razones por las que deberíamos plantearnos dejar el coche en casa y viajar en transporte público. Aquí tienes una lista de beneficios que tal vez te ayuden a decidirte.
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1- Mejora tu actividad física
Precisamente tener que bajarte en una parada y caminar un rato es el principal beneficio de usar este tipo de transporte. Mejora tu estado de salud, reduciendo los problemas respiratorios y fortaleciendo el organismo frente a ataques externos. Incluso puede ayudarte a aliviar el estrés, siempre que te planifiques y no llegues con el tiempo justo de salir corriendo. Si quieres ir algo más deprisa, puedes llevar un buen patinete eléctrico. Seguirás tomando algo de aire mientras llegas a tu destino.
2- Te ayuda a no perder los nervios
Atascos, falta de aparcamiento y otros problemas son muy recurrentes cuando coges el coche. Sobre todo si tienes que entrar en una ciudad. En cambio, el metro o el tren no tienen estos problemas, lo cual elimina esos nervios que casi siempre se notan en los conductores.
3- Son mucho más limpios
El transporte público reduce los niveles de contaminación que sufren los grandes núcleos urbanos. De hecho, ya hay ciudades que prohíben el paso de vehículos privados a determinadas horas. Algunas incluso de forma permanente, porque las emisiones han llegado a niveles extremos. El transporte colectivo es una forma más ecológica de moverte. Y en algunos casos, incluso la única.
4- Se reduce la contaminación sonora
Los ruidos clásicos de una ciudad siempre tienen presente frenazos, pitadas y motores de coches que arrancan. Los índices de ruido en algunas zonas son tan altos que hay gente que sufre trastornos en los oídos, como pérdida de audición o sordera funcional. Por no hablar de que un espacio en el que hay sonidos fuertes y constantes no es un entorno libre de estrés. Cuando por las calles solo circulan autobuses o el transporte pasa bajo tierra, se puede disfrutar mucho más de la vida en general. ¿Por que estar dando gritos si se puede hablar bien?
5- Es mucho más barato
Sí, aunque no te lo creas comprar un billete de autobús o un abono para el transporte si lo utilizas de forma regular te sale mucho mejor que llenar el depósito de tu coche. Y no solo es cuestión de gasolina, también de mantenimiento, neumáticos o parking cuando tienes que dejarlo en una zona de pago. Por eso, el transporte público es bueno para el bolsillo. Tanto que algunas empresas empiezan a plantearse incentivar a sus empleados con tarjetas de transporte para que dejen el coche en casa y se desplacen de esta manera.
6- Puedes aprovechar mejor el tiempo
Lejos de ser una pérdida, los viajes de ida y vuelta en transporte público te ayudan a aprovechar más tu tiempo. Al no tener que estar pendiente del volante ni la carretera, puedes ir haciendo llamadas, leyendo o incluso durmiendo. O simplemente mirar el paisaje mientras te concentras en tus pensamientos. No es nada extraño encontrar usuarios de tmb.cat o consorcios de transporte de otras ciudades con un libro en las manos, trabajando con sus tabletas o teléfonos móviles o echando una reparadora siesta tras una jornada de trabajo. Poder desconectar es algo muy de agradecer.
7- Te permite conocer mejor la ciudad
Al ir andando por la acera, te das cuenta de cómo se llaman las calles por las que caminas, encuentras nuevas formas de llegar a tu destino ganando tiempo e incluso descubres sitios donde comer o tomar algo que nunca podrías haber encontrado si vas en coche hasta la puerta. Y hay que reconocer que, más allá del caos y las carreras que suele haber en ellas, las ciudades están llenas de rincones dignos de disfrutar. No hay más que bajarse en una parada y mirar a tu alrededor.
8- Bajan los accidentes de tráfico
Cuantos menos coches haya, menos son los riesgos de que haya un atropello o un golpe. No se eliminan por completo porque seguirá habiendo peatones y vehículos, pero un número menor de vehículos es por pura estadística un peligro inferior de que surjan estos problemas, que a veces acaban con la vida de las personas.
9- Adiós a las multas
Un simple despiste puede hacer que nos crucemos de carril sin indicarlo, que podemos una linea continuar o que nos pasemos unos kilómetros de la velocidad permitida. Si hay algún policía al acecho, acabaremos con un recuerdo bastante desagradable. En cambio, si usamos el transporte público podemos decir adiós a todo esto. Siempre y cuando compremos el billete, claro está.
10- puedes llegar antes a tu destino
Lejos de suponer un atraso, viajar en tren o metro te ayuda a llegar a los sitios con mucho más tiempo que si vas en coche. Las ciudades tienen graves problemas con el aparcamiento, que puedes comprobar a diario si conduces. A veces, encontrar un hueco se convierte en una misión imposible, y cuando lo encuentras puede que tengas que darte un paseo más largo que si te bajases del autobús. Por no hablar de que entrar en hora punta a según qué ciudades puede llevarte más de una hora, tiempo que podrías estar aprovechando de otra manera.
Si te organizas bien y estás al tanto de los horarios, puedes ser más puntual que si usas el coche privado.
Si te desplazas habitualmente por ciudad, o vives en un pueblo pero tienes que acercarte a una por algún motivo, el coche privado debería ser la última opción. Por salud, tiempo, ahorro y cuidado del medio ambiente, el transporte público es sin duda el modo más ventajoso de realizar tus desplazamientos.