Un diagnóstico preciso y el postoperatorio adecuado garantizan el éxito del aumento de pecho

La cirugía estética más practicada en Estados Unidos, Reino Unido y España, por citar algunos países, es el aumento de pecho. Es una intervención con una tasa de satisfacción muy alta, pero este resultado dependerá de que se seleccione un especialista con trayectoria que haga un diagnóstico preciso y se cumpla al pie de la letra con los cuidados postoperatorios.

El equilibrio que las mujeres buscan para tener una figura atractiva tiene los senos como aspecto principal mayormente, sin duda, uno de los símbolos más representativos de la feminidad. No tenerlos firmes, tonificados y con un tamaño acorde, puede ser decepcionante para la mayoría.

No es al azar que el aumento de pecho sea la cirugía estética más practicada en el planeta, de manera que le siguen la liposucción y la blefaroplastia, también conocida como cirugía de ojeras. Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), en 2018 en el mundo se realizaron 1.677.320 cirugías de mamas, cifra que sigue creciendo conforme pasan los años.

Los implantes mamarios son una excelente opción para lograr el equilibrio deseado, pero no sólo es una alternativa adecuada, sino que prácticamente es la única, ya que no hay una forma natural de tener el volumen de senos ideal. Tampoco existen ejercicios para ello, ni músculos que reconstruyan el tejido mamario perdido por diversas circunstancias.

Mamoplastia o mastopexia

La mamoplastia y la mastopexia son dos tipos de cirugía que tienen como fin, mejorar el aspecto de los senos, tanto en posición, como en forma y una posible reconstrucción.

Ocurre comúnmente que las mujeres acuden a los especialistas convencidas de que quieren un aumento de pecho, cuando lo que necesitan es una elevación. Es en este punto, en el que radica la importancia de un diagnóstico adecuado y conocer las diferencias entre mamoplastia y mastopexia, de tal manera que se pueda identificar la que más convenga.

Para obtener el diagnóstico adecuado y los mejores resultados, es fundamental acudir a los expertos. Uno de los especialistas de mayor trayectoria es el Dr. Roberto Moltó, quien se ha convertido en referencia en cirugía estética y reparadora en el país. Es miembro de las sociedades nacionales e internacionales de cirugía más prestigiosas; actualmente se desempeña como jefe de la Unidad de Mamas del Hospital La Fe, uno de los más reconocidos de Valencia, por atender casos de notoria complejidad.

La mamoplastia es una cirugía de reconstrucción mamaria que tiene como objetivo mejorar la forma y estructura del seno, a través del aumento o disminución de su volumen. Tal y como lo explica el Dr. Moltó en su sitio web www.doctormolto, hay dos maneras de poder realizarla: colocando prótesis o introduciendo grasa propia de la paciente, lo que se denomina lipofilling de mamas. Dependiendo de la vía de acceso para colocar el implante, así se ubicará la cicatriz, que hoy en día suele ser pequeña. Esto se puede hacer por la zona axilar, en el surco mamario o en la región periareolar.

La mamoplastia de reducción se ejecuta para eliminar el exceso de grasa y piel (tejido mamario) que han hecho que las mamas tengan un volumen desproporcionado. También las cicatrices son pequeñas, en general se ubican en áreas poco visibles.

La mastopexia es la cirugía de mamas que se realiza específicamente para corregir el pecho caído, lo cual es consecuencia natural de la pérdida de la elasticidad de la piel, que se da de manera progresiva por el envejecimiento, entre otras razones.

La zona del escote se sujeta solo de la propia piel y suele perder elasticidad. La mastopexia es la intervención indicada para elevar las mamas y restaurar su firmeza. Esta cirugía también corrige la flacidez de los senos, los pechos con pezones hacia abajo o senos con forma pendular.

Por lo general, se deben hacer tres incisiones, una vertical con forma de T invertida, una horizontal y otra alrededor de la areola. Tras retirar el exceso de piel, tanto la areola como el pezón se vuelven a colocar en un punto más alto del seno, lo que contribuye al efecto de elevación que se busca.

Las razones para hacerse un aumento de pecho

La razón fundamental por la que las mujeres deciden hacerse un aumento de pecho o una cirugía de mamas en general, es porque están insatisfechas con esa parte de su cuerpo. Según explica el Dr. Roberto Moltó en su sitio web www.drmolto.com, algunas mujeres tienen los pechos pequeños por motivos congénitos, otras quieren retomar el volumen perdido tras sucesivos embarazos, pérdida de peso o la edad, y también están las que presentan asimetrías mamarias y quieren nivelar el tamaño.

Tener algunos de estos defectos en las mamas suele generar en muchas mujeres baja autoestima, incluso en jóvenes. De hecho, gran parte de las consultas que se dan por estos motivos, es de chicas que acaban de cumplir los 18 años.

Una cirugía hace que aumente la plenitud y la proyección de los pechos, se logra la tan ansiada proporción y equilibrio entre los senos y las caderas, mejorando en las mujeres, la percepción de sí mismas y la seguridad que necesitan para proyectarse ante los demás.

Postoperatorio: consejos para una óptima recuperación

El nivel de satisfacción de las pacientes que se someten al aumento de senos es muy alto, ya que son procedimientos muy seguros que, además, cada día están sujetos a mayores avances tecnológicos y médicos.

Según se explica en el sitio web rinconmujer.com, el éxito de este tipo de cirugías dependerá además, de que se cumpla como es debido el periodo de reposo y de recuperación por parte de la paciente. 

Señala esta plataforma informativa que es fundamental conocer cómo es el proceso de recuperación, de tal manera que se pueda diferenciar lo que es normal en la curación y lo que podría representar un potencial problema. Asesorarse con un especialista es vital.

Se recomienda tomar al menos dos días de reposo absoluto una vez realizada la cirugía, esto incluye que la paciente tenga toda la ayuda posible para que solo se mueva lo estrictamente necesario. La idea es evitar que se produzcan infecciones y permitir que se dé normalmente el proceso de cicatrización.

El movimiento de los brazos debe ser suave, sin forzar extensión ni cargar peso, esto evitará que se forme alguna cápsula alrededor del implante, acumulación de líquido, la rotación de la prótesis o un posible sangrado.

Una vez sean retirados los drenajes, la paciente deberá usar en todo momento el sostén que recomiende el cirujano, que sólo se quitará para bañarse.

Es importante tener una buena comunicación con el médico para notificar cualquier señal extraña que se pueda presentar. Algunas anomalías pueden ser que el vendaje se muestre manchado, dolor exagerado, fiebre o que se produzca alguna reacción alérgica. De ocurrir algunos de estos síntomas, se deberá contactar de inmediato al especialista.

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