Bruselas: conoce el encanto de la capital de Europa
La opción de hospedarse en hoteles temáticos o especializados es cada vez más común en la mayoría de viajeros.
Al llegar el verano es común empezar a organizar nuestras vacaciones. Lo primero que solemos pensar es qué destino es el idóneo para gozar de una experiencia inolvidable. Son muchos los que escogen destinos marítimos donde disfrutar de sol y playa, aunque los destinos de interior son los preferidos para aquellos que no son muy partidarios de la costa.
Nuestro continente contiene una gran oferta, variada, plural y apta para todo tipo de necesidades y gustos. Y es que viajar por Europa es una opción que se rodea de múltiples ventajas: cercanía, posibilidad de encontrar vuelos económicos y cultura occidental, por ejemplo, son algunos de los requisitos que se valoran a la hora de escoger un destino europeo.
Uno de los países preferidos para pasar unos días de vacaciones es Bélgica. Este país tiene un clima veraniego no muy caluroso, con temperaturas medias de entre 20 y 23 grados en pleno julio. Sus bellas y diversas ciudades hacen de él una buena localización, pudiendo visitar algunas de forma más concreta o haciendo una ruta por todas ellas. ¿Las más visitadas? Probablemente Gante, Brujas y como no su capital, Bruselas.
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Qué ver y dónde hospedarse en la capital del continente europeo
Dormir en Bruselas no es asunto difícil. Hay numerosos hoteles, hostales e incluso apartamentos que se adaptan a todos los bolsillos. No obstante, cada vez más viajeros contemplan la idea de alojarse en hoteles temáticos. Esta opción sale de lo habitual y es una experiencia diferente que ofrece actividades que salen de lo aparentemente normal y que se especializan en algunos puntos.
El Kasteel Gravenhof, por ejemplo, es uno de estos lugares especiales para hospedarse. Está situado en un castillo histórico de la ciudad de Dworp, a unos 20 minutos en coche del centro de la capital europea. Las habitaciones están decoradas con tonos color tierra y los espacios públicos se asemejan a tiempos pasados, hecho que hace sentir al viajero como si estuviera en un cuento.
¿Y si te dijéramos que también tienes la posibilidad de pasar un día entero en una Abadía? Lo que lees. Y es que la Abadía Maredsous, fundada en 1872 por monjes benedictinos, ofrece a los peregrinos y turistas una experiencia acogedora. Visitas guiadas, degustación de productos como la cerveza y los quesos típicos de la abadía, e incluso la reunión con los monjes del lugar para que te expliquen cómo viven.
Para los amantes de los colores y las artes gráficas también existe el Pantone Hotel, en referencia a la empresa norteamericana del mismo nombre y creadora del sistema de colores para las artes gráficas más reconocido y utilizado a nivel global. Lo más impresionante de este alojamiento es el diseño de las habitaciones y el uso de coloridos en toda la arquitectura. Sin duda, una experiencia extravagante y curiosa.
La arquitectura de los edificios, el Manneken Pis y la Grand Place son los imprescindibles que hay que ver en la capital belga
Conocer Bruselas, capital del país y también de la Unión Europea, es casi de obligado cumplimiento. No solo por su belleza exterior, sino por la cultura que contienen sus festividades, sus edificios y su historia, desconocida para la gran mayoría de turistas. La verdad es que es una ciudad rica en monumentos y patrimonio, con pequeños y sorprendentes detalles guardados en sus históricas calles.
Quizás uno de los lugares más famosos y representativos de Bruselas es la localización donde se encuentra el Manneken Pis, en la rue de l’Etuve. Se trata de una pequeña estatua de apenas medio metro que representa a un niño pequeño. Data del siglo XVII, está hecho de bronce y, sin duda, se ha convertido en todo un icono para la ciudad. ¿Alguna anécdota? Fue robado dos veces y recuperado casi intacto, aunque una tercera vez se lo encontraron despedazado. El actual está hecho con los fragmentos del original.
Pero viajar a Bruselas también implica callejear por sus barrios y conocer sus inhóspitos rincones. La Grand Place o Plaza Central de Bruselas es el corazón de la ciudad y su punto neurálgico más importante. Incluso hay quienes la consideran la plaza más bonita de toda Europa, debido a su arquitectura cuidada, homogénea e impresionante, formada por edificios repletos de historias que contar. Pero si te gustan las edificaciones religiosas, sin duda debes visitar la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, construida en 1226. De estilo Gótico Brabantino, contiene numerosas obras de arte y guarda a personajes importantes para la historia belga. La entrada es gratuita.