Deportes de moda que no son tan conocidos
No todo es fútbol. Ni siquiera tenis, baloncesto o ciclismo. Hay otras actividades deportivas que comienzan a hacerse un sitio preferente como deportes. Esto se constata en el cambio de tendencia que se observa en una tienda de deportes, donde se buscan otros artículos menos usuales. O en el aumento de fichas federativas o creación de organismos federativos.
La gente busca otra forma de disfrutar de los ejercicios físicos. Estos usuarios tratan de experimentar nuevas sensaciones en deportes menos convencionales, aunque ello conlleva una serie de problemas: falta de instalaciones, escasez de patrocinios e incluso una ardua búsqueda de otros usuarios con los que compartir estas nuevas disciplinas deportivas, aunque la mayoría reciben el nombre de: deportes raros.
Pese a todos estos inconvenientes, el aumento de adeptos a alguno de los deportes que veremos a continuación está siendo un proceso imparable. Con el tiempo, quizá estos deportes acaben conquistando el poder mediático, lo que supondría un evidente espaldarazo para su consolidación como deporte y su repercusión económica en diferentes sectores, como las tiendas especializadas.
¿Y de qué deportes estamos hablando?
El floorball es uno de los primeros ejemplos de actividades deportivas alternativas a las más populares. El origen de este deporte es sueco y se trata de una opción semejante al conocido hockey, en cuanto a sus reglas de juego, aunque se puede tocar la pelota con cualquier parte del cuerpo.
La diferencia está en los valores sociales, creativos y educativos que se buscan trasmitir: el trabajo en equipo como máximo exponente para disfrutar del juego. Por este motivo, en los colegios de Suecia está imponiéndose como una de las tareas deportivas que deben aprender los alumnos que acuden a clase de educación física.
Pickleball y Boccia: dos opciones
Estos deportes menos usuales comienzan a ganar adeptos porque ofrecen nuevas experiencias a los usuarios. Un claro ejemplo es el pickleball, cuyos orígenes se encuentran en Estados Unidos. Esta nueva propuesta de ocio es una mezcla de tenis de mesa, pádel, bádminton o ping pong. A diferencia de estos deportes, sus partidas son rápidas y no se requiere de una gran técnica. Ni tampoco de tener una gran condición física.
Se juega con palas fabricadas de madera y las pelotas son hechas de plástico con unas diminutas perforaciones. La pista mide un mínimo de 13 metros de largo y 6 metros de ancho, estando dividida por una red. Gana el equipo que alcanza los 11 puntos ganadores y aparte de esta diferencia, el pickleball se caracteriza por unas reglas que favorecen la diversión: zona de no hacer voleas, no pisar determinadas líneas…
Cerramos esta introducción a deportes desconocidos que acabarán siendo mediáticos con una disciplina más común, como el Boccia. Esta modalidad comenzó siendo un referente para las personas con alguna discapacidad física y que comienza a extenderse como un deporte apto para todas las personas. Se trata de una versión alternativa a la petanca. Se puede jugar en individual, por equipo o parejas. Su éxito radica en estimular el nivel de autonomía, confianza y calidad de vida de personas con algún problema motor.
Tchoukball: valor de equipo
En esta misma línea, de inculcar una serie de valores humanos y no tan competitivos, está el Tchoukball, cuyas raíces son de origen suizo, de comienzos de los años setenta; y desde entonces ha ido expandiéndose hasta contar con una propia federación internacional.
Asimismo, su éxito radica en impulsar el juego en equipo (normalmente de 7 personas) consistente en lanzar una pelota sobre una especie de trampolín y que ésta rebote sobre la cancha sin ser captura por el equipo contrario. Entre sus reglas básicas están prohibido pasarse el balón más de tres pasos o entablar contacto físico. El éxito está en la colaboración entre los integrantes del equipo.