La educación, el arma más poderosa para cambiar la sociedad
El artículo 27 de la Constitución Española consagra el derecho de todos los ciudadanos a recibir educación. En él se reconoce la libertad de enseñanza y se fija que la educación debe tener por objetivo el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
Constantemente, y cargado de razón, se hace referencia a que la educación es una potente arma para cambiar la sociedad. Así lo piensan personalidades tan importantes en la historia como Nelson Mandela o George Washington Carver, con citas tan relevantes como “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” y “la educación es la llave para abrir la puerta de oro de la libertad”.
Albert Einstein, Kennedy o Aristóteles también han hablado a lo largo de la historia de la humanidad sobre la importancia de abrir la mente al conocimiento para ser más libres. En este sentido, la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, realiza cada año un informe que lleva por nombre “La educación transforma la vida” donde se publican avances de la escolarización infantil a lo largo y ancho del mundo.
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¿Por qué es tan importante educar?
En el informa anual que publica la UNESCO se establece claramente que educar es una labor básica que redunda de manera directa en el bienestar de los pueblos. Las sociedades y su capacidad para alcanzar mejor calidad de vida están directamente relacionadas con la adquisición de conocimiento y la apertura de mente a nuevas tecnologías, filosofía, ciencias, sociales, humanidades y otras disciplinas que son universales y necesarias.
Y por supuesto, la educación no debe detenerse en la adquisición de conocimientos técnicos, pues esto ha de acompañarse de capacidad de comprensión y la adquisición de valores universales como son el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la libertad, el amor o la bondad, entre otros muchos.
Debemos ser conscientes que vivimos en un planeta finito del que la especie humana no puede hacer uso ilimitado de recursos. La educación se muestra como la fórmula más eficaz para crear sociedades formadas, comprensivas y entendedoras de que no debemos ir arrasando al resto de personas, especies y el entorno que nos rodea.
Un último valor fundamental a inculcar no solo en la educación que se recibe en los centros escolares y de formación, sino en todos los ambientes, es el del trato igualitario, sin excluir género, raza, condición sexual o nivel de ingresos, pues esto lleva a pensar, comprender, emitir juicios críticos y ser más empáticos y comprensivos.
Desarrollar todos estos principios es tarea de toda la sociedad, pues todos formamos parte del proceso educativo, pero una figura importante es la de los directores de los centros educativos, pues sobre ellos pesa la gestión y la organización de todo el centro escolar o formativo.
¿Cuál es la tarea de los directores de centros educativos?
Habitualmente, las funciones del director de centros educativos las ejerce un profesional de la educación que va ascendiendo en su carrera hasta alcanzar esta distinción. Por fortuna, en el sistema educativo superior en España existen estudios que muestran todas las claves sobre cómo ser director de un centro educativo, de ahí que sea muy interesante conocer la importancia del máster de director de centros educativos.
Entre sus obligaciones destacan las de caracter planificador, aquellas que tienen que ver con el desarrollo técnico-pedagógico del centro, la organización escolar, el control y la supervisión, la extensión educativa, los recursos asistenciales y como no, los recursos humanos, materiales y financieros de los que dispone el centro.
Un director de un centro educativo es la máxima representación del centro docente frente a la administración educativa y en su poder está el velar por los intereses del centro y hacer llegar los objetivos que la administración educativa plantea para la comunidad humana que se forma en el centro.
Desde tareas puramente relacionadas con la formación de valores hasta aspectos técnicos y administrativos, pasando por garantizar una convivencia sana en el centro, todo lo que ocurre en el centro y lo que se traslada hacia fuera de él depende del director educativo, que obviamente no se encuentra solo en esta tarea, pues ha de rodearse de un amplio equipo de colaboradores que en todo momento respete el cumplimiento de las leyes y disposiciones vigentes.
No resulta nada cómoda la tarea de un director educativo, pero sí llega a ser muy satisfactoria, de ahí que siempre sean bienvenidos estudios y formación para desarrollar esta labor profesional.