Internet conquista el mundo físico
Internet llegó hace unos años y desde entonces no ha parado de sumar adeptos y ampliarse su uso. Internet es ya la herramienta más eficaz y utilizada para un sinfín de cosas, elemento imprescindible para el trabajo, para el ocio, las relaciones sociales, la formación o la investigación. Su crecimiento y expansión es imparable.
Recientemente, Internet ha ideado una nueva forma para expandir sus tentáculos hacia los ámbitos más domésticos ayudando en el manejo a distancia de las cosas cotidianas. Esta idea de interconectar a la red lo que hasta hace poco se conectaban entre sí mediante un circuito cerrado como cámara, sensores, etc., se llama Internet de las cosas, traducción del original en inglés, Internet of things o conocido por su acrónimo IoT.
Un nuevo campo de estudio y empleo se abre para aquellos que gusten de la innovación aplicada a las redes. Con la realización de un master en internet de las cosas se conseguirán los conocimientos para el desarrollo en diferentes plataformas, tanto para hardware como para redes, con una ambición integradora, con la inclusión de datos para su análisis con el potencial de las tecnologías Big Data en el Back End.
IoT es por tanto mucho más que recibir una notificación vía mail para saber que hay que reponer en nuestro refrigerador o ver en nuestro computador, desde una playa del Caribe, quién está llamando a la puerta de nuestra casa en Madrid. Es como hemos visto una potente herramienta para administrar datos masivos e interconectarlos con los objetos físicos de nuestro entorno, con la posibilidad de que puedan ser dirigidos remotamente.
La clasificación de los objetos que se pueden conectar al Internet de las cosas son aquellos que funcionan con sensores o bien aquellas cosas que realizan acciones activas, aunque como es lógico suponer, hay elementos que cumplen con ambas funciones al mismo tiempo.
Contenido
Hacia dónde va dirigido el Internet de las Cosas
Es tan solo cuestión de tiempo que esta tecnología se instale en nuestras vidas, es cuestión de esperar un poco a que se abaraten los precios de los aparatos que utilizaran estas conexiones para que el IoT se expanda como la pólvora. Los primeros en comenzar a adaptar su entorno a estos avances han sido Apple y Google con las tecnologías del Home Kit y el Android Home.
En cualquier caso, grandes cosas nos esperan en un futuro inmediato en las aplicaciones que este software puede ejecutar en lugares como la industria de producción en masa, pues sin lugar a dudas las máquinas del sector industrial encargadas de los procesos de fabricación en serie, como los robots ensambladores, sensores, control de producción, etc. serán, si no lo están haciendo ya, los primeros en adaptarse a estos nuevos sistemas.
También serán primeros los que se encargan del control y gestión de la infraestructura urbana, como pueden ser los puentes, las vías de tren, los semáforos, pasos a nivel… Con la implantación de IoT en las ciudades se podrá monitorear el buen funcionamiento de sus estructuras y adaptar de forma sencilla y eficaz su funcionamiento ante próximos eventos.
El control ambiental con el acceso y control rápido y seguro de cualquier información de sensores atmosféricos, sísmicos y meteorológicos está teniendo gran éxito y repercusión en estos momentos. En el sector de la salud también comienzan a implementarse sistemas alrededor del globo que facilitan el monitoreo activo de pacientes por parte del personal médico.
El Internet de las Cosas en el hogar
Pero sin lugar a dudas, donde más expectación crea este nuevo modelo de interactuación con internet es el apartado doméstico, pues es aquí donde cualquier usuario va a poder tener acceso a esos avances tecnológicos.
El objetivo está claro, se debe adaptar el entorno del hogar a la conexión con la red global, pero que esta sea lo más útil, aprovechable y segura posible. Los electrodomésticos de cualquier tipo, los útiles tradicionales, como las bombillas, los circuitos de seguridad, puertas principales, secundarias o de los garajes, e incluso los vehículos, ya pueden estar conectados a Internet.
Se estima que para el 2020 habrá 50.000 millones de dispositivos en los hogares conectados a la red global. Este hecho, como cabe suponer, representará una completa revolución a nuestro sistema de vida. La principal razón que se esgrimirá para introducir el IoT en los hogares será el ahorro energético que supondrá.
La comodidad será el otro paso decisivo que convencerá a las familias para su implantación, pues supondrá tener la casa ajustada milimétricamente a tus gustos en todos los aspectos, adelantándose a tus pensamientos, calentando la ducha justo antes de entrar en ella a la temperatura que te gusta, calentando café cuando suena la alarma, levantando la cortina al levantarse por las mañanas, etc.
Y eso no es todo, los dispositivos conectados entre sí estarán diseñados para adaptarse a los cambios de comportamiento de los propietarios de la vivienda, cambiando sus acciones basándose en la experiencia y en la observación de los inquilinos.