¿Conoces estos parásitos frecuentes en gatos?
Las mascotas están expuestas a los parásitos. De hecho, por mucho que intentes evitar que tu gato entre en contacto con estos organismos, es más que probable que en algún momento de sus vidas se infecten con algún parásito.
A pesar de que los gatos son animales muy limpios, el riesgo de la infección de parásitos siempre existe. De modo que lo único que se puede hacer es prevenir lo máximo posible y seguir los tratamientos adecuados para cuando un parásito infecte a tu mascota.
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Qué son los parásitos y cuáles son los más frecuentes
Los parásitos son organismos que viven en otro ser vivo, ya sea externamente o interiormente. En relación a esta definición se pueden establecer dos tipos de parásitos principales: los parásitos externos y los parásitos internos.
Los tipos de parásitos en gatos más comunes o, al menos, los más famosos son las garrapatas y las pulgas. Ambos son parásitos externos, que, a priori, son los menos preocupantes, pero no hay que subestimar a estas criaturas que pueden hacer la vida de tu animal de compañía muy incómoda. Al margen de estos, los gatos suelen verse afectados por otros parásitos externos como los ácaros de la piel y los ácaros de las orejas.
En cuanto a los parásitos internos, existen diferentes tipos como son:
- Gusanos pulmonares.
- Gusanos del corazón.
- Gusanos redondos.
- Gusanos ganchudos.
- Tenias.
Por qué son peligrosos los parásitos
En primer lugar, es necesario señalar que no todos los parásitos son peligrosos. De hecho, algunos parásitos se hacen imposibles de diagnosticar, ya que no suelen provocar grandes trastornos; sin embargo, existen otros parásitos que sí pueden suponer una grave amenaza para la salud de tu gato.
Los parásitos en gatos externos pueden provocar picazón, reacciones alérgicas o la pérdida de parte del pelaje. En cambio, los internos pueden hacer que tu mascota muestre síntomas como diarreas, vómitos, anorexia, pérdida pronunciada de peso, asfixia, fatiga o apatía.
Cómo prevenir y proteger a tu mascota de los parásitos
La previsión juega un papel determinante para la salud de tu gato. Lo primero que puedes hacer es una revisión del pelaje de tu amigo de cuatro patas. Esta revisión debe ser diaria, sobre todo, si tu mascota sale de espacios interiores o pasea por zonas ajardinadas en las que podría haber pulgas o garrapatas –estas se pueden retirar fácilmente con unas pinzas para garrapatas que puedes comprar en tiendas especializadas–.
Cuando sepas a ciencia cierta o tengas sospechas de tu gato se ha infectado con algún tipo de parásito, lo más adecuado es llevarlo al veterinario lo antes posible o, por lo menos, llamar a uno para que te pueda dar unas nociones básicas sobre cómo actuar hasta que lo puedas examinar un especialista. Una vez haya sido examinado y diagnosticado, tendrá que seguir un tratamiento que le permita acabar con los parásitos que perjudican su calidad de vida. Durante el tiempo que dure el tratamiento y hasta que se haya acabado con los parásitos será preciso realizar un seguimiento para estudiar la evolución y valorar si continuar con el tratamiento, si cambiarlo, si aumentar o reducir las dosis o si dar por erradicado el problema.