¿Cuál es la parte del ojo que capta la luz?
Como el saber no ocupa lugar, y reconocemos que un nutrido grupo de nuestros lectores tiene mente inquieta y sed de conocimientos, en este artículo vamos a satisfacer la curiosidad que nace a partir de querer responder a ciertas cuestiones de, posiblemente, el aparato más usado y útil de todos los que representan los sentidos, esos que necesitamos para establecer conexión con el entorno, el ojo.
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Pero si queremos dar respuesta a la pregunta con que titulamos este artículo, diremos brevemente que es un juego que se llevan entre manos la córnea y el cristalino. La córnea, como sabemos, es esa estructura hemisférica y translúcida que se ubica en la parte anterior del ojo y que permite el paso de la luz protegiendo al iris. Cuando la luz se refracta en este lugar y también en el cristalino, entonces se proyecta sobre la retina.
El haz de luz que penetra en el ojo inicia su recorrido, como hemos indicado, en la córnea, que es la parte visible de los ojos, después de atravesar el humor acuoso llega y traspasa la lente ocular, que se denomina cristalino, recorriendo el humor vítreo hasta que tropieza con la pared posterior del glóbulo ocular, conocida como retina.
La retina está constituida por más de diez capas de diferentes tejidos, entre ella una específicamente que contiene células fotosensibles, cubierta por una sustancia, la rodopsina, que por su naturaleza es capaz de cambiar su composición química cuando absorbe este haz de luz que penetra en el ojo. El cambio químico al que nos referimos ocurre cuando se activa una transformación eléctrica proveniente del nervio óptico y con dirección al cerebro, lugar donde estas transformaciones se procesan y llegan a producir las diferentes señales que distinguiremos conscientemente, como tamaño, situación, color, transparencia, textura, movimiento, velocidad…
Cuidado de los ojos
El conocimiento suele tener como objetivo la mejora de la calidad de vida de quienes los adquieren. Por eso, además de ofrecer esta información sobre la captación de la luz por parte de los ojos, queremos, en nuestra segunda parte de este artículo dedicado al órgano de la visión, dedicar unas palabras, a modo de consejo, destinadas a su cuidado y protección.
El primero de los consejos será el de una visita al oftalmólogo al menos una vez al año. Este es el mejor método para detectar a tiempo problemas oculares y ametropías, como pueden ser las miopías, el astigmatismo, o la hipermetropía, los tres males más habituales en el terreno de la visión.
Una alimentación sana es el segundo consejo que debemos tomar, pues para mantener en el tiempo una buena agudeza visual es necesaria la ingesta habitual de vitaminas A, C y E, minerales como el zinc y el calcio, pigmentos (luteína, zeaxantina) y ácidos Omega 3, los cuales se consideran esenciales para la retina y el retraso del envejecimiento de las estructuras que conforman los ojos.
Por otra parte, también es muy importante preservar la transparencia de la superficie ocular, para ello se recurre a la lubricación continuada de la película lagrimal, algo que ocurre cuando parpadeamos. Debemos evitar pasar demasiado tiempo sin parpadear, algo que ocurre con frecuencia cuando estamos delante del ordenador o de un televisor, causando sequedad y por tanto molestias, como enrojecimiento, picor, lagrimeo e incluso dolor. Para evitar estas situaciones, podemos recurrir al uso de las lágrimas artificiales.
Igualmente debemos proteger los ojos del sol de las radiaciones ultravioletas, pues pueden producir alteraciones crónicas y agudas en la estructura del ojo. Es muy importante, por tanto, protegerlos incluso en los días nublados y siempre con gafas de sol con la homologación pertinente, es decir, con filtro contra los UV.
Es muy habitual el gesto de frotarse los ojos con fuerza, algo que ocurre cuando estamos ante una contaminación ocular de algún tipo, ya sea por una sustancia química o un cuerpo extraño. Si estamos hablando de una sustancia que pueda producir daños, como los productos químicos mencionados, lo aconsejable es lavarse profusamente con agua clara y acudir de inmediato al oftalmólogo.
Otras precauciones que debemos tener son prevenir traumatismos con gafas protectoras en el trabajo o en algunos deportes, trabajar con buena iluminación, realizar ejercicios de relajación ocular y educar a los más pequeños en su protección y cuidado para que de mayor mantengan una buena calidad visual.