¿Perder peso de manera saludable? Sí, con dedicación y constancia
Mantener una buena línea y un peso saludable es el objetivo de millones de personas en España. El sobrepeso y la obesidad son enfermedades propias del siglo XXI que se han convertido en una pandemia a nivel mundial y que hay que atajar en la medida de lo posible, pues a causa de estas patologías se originan enfermedades que obligan a los estados a destinar cantidades ingentes de dinero en programas de salud preventiva.
Alcanzar el peso ideal, por tanto, no es una cuestión únicamente estética, sino que lo más relevante es llegar hasta ese punto para no padecer problemas de salud. Es cierto que no podemos dejarnos llevar por los estereotipos de imagen y los cánones establecidos por la sociedad, en los que se castiga a quien no consigue una imagen o una línea aceptable, pero lo realmente importante es alcanzar un peso saludable para eso mismo, mejorar el estado de salud.
Si eres de esas personas que quieres perder esos kilos de más, a buen seguro que no te será difícil encontrar un régimen que se adapte a tus necesidades y con el que puedas adelgazar de manera rápida. Sin embargo, bajar de peso de manera rápida no es siempre lo más aconsejable, pues esto puede llevar asociado problemas posteriores que van desde el efecto rebote en los casos más mundanos hasta padecer enfermedades graves como problemas cardiovasculares o coronarios.
El mejor consejo para adelgazar de manera saludable es ponerse en manos de profesionales, dejarse asesorar por ellos y adoptar todas sus indicaciones, que irán por la línea de llevar una dieta equilibrada, sana y completa, practicar ejercicio físico de manera periódica y abandonar el estilo de vida sedentario.
Todo esto obliga a armarse de paciencia y hacer algunos sacrificios, pero alcanzar la meta es realmente satisfactorio, de ahí que aconsejemos desde aquí fuerza de voluntad, constancia y dedicación.
En cualquier caso, algunos consejos que siempre son bienvenidos para introducirse en este tipo de hábitos pasan por evitar los alimentos procesados, tomar fruta y verdura sin límites, incrementar la ingesta de frutos secos, sustituir las grasas insaturadas por grasas saturadas y, en caso de tener que cambiar de hábitos, hacerlo sin ningún prejuicio, pero siempre bajo la asesoría de un experto.
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Mucho cuidado con los carbohidratos refinados y los alimentos procesados
Los alimentos refinados y los muy procesados presentan un alto índice glucémico y no se digieren fácilmente. Es importante además, evitar las bebidas azucaradas, los dulces, los snacks y los cereales procesados.
Algunos alimentos, como por ejemplo el tomate frito, los lácteos, los embutidos o las salsas, cuentan con muchos carbohidratos refinados «ocultos», de modo que hay que controlar la ingesta de estos productos.
Frutas y verduras ilimitadas
Si hay algo permitido en una dieta de adelgazamiento que sea equilibrada es que ese equilibrio lo podemos dejar caer a base de tomar muchas frutas y verduras. Estos alimentos deben estar presentes o ser la fuente principal de ingesta en todas las comidas.
Muchas personas que quieren perder peso, no obstante, no quedan suficientemente saciadas comiendo solo frutas y verduras, de modo que si ese es tu caso, pincha aquí y controla tu peso con la ayuda de las barritas sustitutivas de Naturhome.
Los frutos secos, grandes aliados
Los frutos secos: nueces, almendras, castañas… son un alimento ideal para iniciarse en la dieta sana. Son ricos en proteínas y grasas saludables y, al contrario de las verduras, nos hacen sentir saciedad.
Las indicaciones hablan de tomar al menos un gramo de proteínas al día por cada kilo de peso corporal, y ese contenido proteico puede venir a través de los frutos secos y de otros alimentos como la carne, el pescado, los huevos o los lácteos, evitando en todo momento la ingesta de procesados.
Las grasas, siempre saludables
Durante décadas, en nutrición se estuvo demonizando el consumo de grasas y, de algún modo, primando el de hidratos de carbono. Las grasas son de obligado consumo, pero es preferible optar por grasas insaturadas, las llamadas grasas saludables.
Las carnes magras y el pescado, los aceites vegetales, preferiblemente el de oliva y otros alimentos ricos en ácidos grasos omega 3, entre los que destacan algunos pescados y las nueces.
Además de todo esto, conviene no olvidar el consumo de otros alimentos muy positivos para la salud del organismo, como los cereales y las legumbres.