Inteligencia Emocional: todo lo que necesitas saber
La inteligencia emocional es considerada por la mayoría de investigadores de la psicología, como la más importante capacidad para tener éxito en la vida; estudios han demostrado que por ejemplo, las actividades relacionadas con el coeficiente intelectual alto, sólo tienen utilidad en un 20% de situaciones cotidianas; en cambio la inteligencia emocional, es un tipo de capacidad más amplia donde se incluye tanto la comprensión interior, como la social, por lo que resulta esencial para factores tan fundamentales como elegir a la pareja adecuada o el empleo ideal.
Aquí hacemos un repaso con los principales elementos que se han encontrado como importantes dentro del proceso para adquirir y desarrollar inteligencia emocional, cualidad que no es innata, sino que puede ser desarrollada, y ayudarnos para una gran cantidad de cuestiones rutinarias, desde saber cómo resolver problemas, hasta entendernos con nuestros semejantes.
Contenido
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
La Inteligencia Emocional per se, es un concepto que en realidad es bastante reciente en el estudio de la conducta humana; fue apenas en el siglo XX, principalmente en la segunda mitad, que comenzaron a realizarse esfuerzos para intentar definir su naturaleza, tratando de hacer una clasificación distinta a la inteligencia cognitiva.
Fue a partir de 1995, que la obra llamada Inteligencia Emocional, de Daniel Goleman, logró masificar el término, a partir de una recopilación de investigaciones científicas que permitieron organizar y comenzar a definir de mejor forma sus características.
En general la Inteligencia Emocional se considera como el conjunto de conductas y formas de conocimiento, que permiten asimilar y responder de una forma útil, tanto hacia las emociones de uno mismo, como también acerca de los impulsos del exterior, lo cual permite desenvolverse de mejor manera en un entorno social, y así lograr una forma más eficiente para el cumplimiento de objetivos que permitan al individuo sentirse feliz y satisfecho.
Aunque la Inteligencia Emocional, tiene un gran componente de subjetividad y es difícil de medir, se han logrado desarrollar diversos experimentos científicos para comprender y definir de mejor forma su esencia, a partir no sólo de la conducta humana, sino también de los procesos neurológicos que se llevan a cabo.
Diversos teóricos también coinciden en que la inteligencia emocional no deriva en respuestas que tienen que ser buenas o malas, sino más bien que pueden generar consecuencias positivas o negativas. Por ejemplo, una riña de tránsito en una persona que no utilice adecuadamente la inteligencia emocional, puede provocar como consecuencia un accidente, que es notoriamente una respuesta con resultados mayormente negativos, en comparación con aquella persona que actuó con mesura, y evite un incidente más grande y sin mayor sentido.
La Inteligencia Emocional es otro tipo de inteligencia
A través de múltiples experimentos científicos y sociales, se ha logrado diferenciar la inteligencia emocional de otros tipos de inteligencia, particularmente vinculadas a capacidades cognitivas. La definición más aceptada en este ámbito es la de Howard Gardner, quien lista inteligencias como la musical, la visual espacial, la lógica matemática, la verbal lingüistica y la corporal cinestésica, las cuales se refieren más a inteligencias que denotan cierto tipo de habilidad física.
En esta misma definición ampliamente aceptada de inteligencia, se incluyen también otros tipos como los son la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, las cuales están más relacionadas con habilidades psicológicas de comprensión tanto interior, como exterior respectivamente.
Son estas dos clasificaciones también las que Goleman retoma y menciona como los tipos principales de Inteligencia Emocional, y los cuales se refieren a la capacidad para regular las relaciones humanas, así como también la comprensión, valoración y el desarrollo interno.
Principales elementos de la Inteligencia Emocional
En el análisis de la Inteligencia Emocional, no sólo influye el enfoque interno y el externo, como hemos mencionado, sino también estas se combinan con dos conductas esenciales: la interpretación, que es la forma en la cual asimilamos las percepciones y conocimientos adquiridos, y la respuesta, que es el resultado del análisis realizado; y en la conjunción de cada una de estas perspectivas, es que se generan los cuatro elementos principales, mismos que analizamos a continuación.
Autoconciencia emocional
Esta es la capacidad para comprender no sólo aquello que estamos sintiendo, sino también los motivos para tener esas emociones o sentimientos. Se trata esencialmente de la capacidad de comprenderse a sí mismo, valorarse, apreciarse, lo cual involucra también la serie de valores y paradigmas adquiridos.
Este elemento es particularmente esencial para cuestiones tan básicas e importantes como saber expresar nuestros sentimientos a las demás personas, pues aquí es donde se pueden tener bien claras las motivaciones y creencias que rigen nuestra forma de pensar.
Autocontrol emocional
Este enfoque se refiere esencialmente a la capacidad para poder regular nuestras emociones, es decir la respuesta emocional interna. Este tipo de inteligencia emocional, es importante por ejemplo para contener y asimilar sentimientos de tristeza, frustración o ira, por mencionar algunos ejemplos.
Cabe señalar que a través de investigaciones científicas como la de Joseph LeDoux -mencionada también en la obra cumbre de Goleman-, se logró identificar un importante factor neurológico en este proceso de autocontrol, el cual funciona normalmente de la siguiente manera: el proceso de razonamiento emocional suele comenzar en el tálamo, que es de donde provienen los impulsos de órganos sensoriales como los ojos, o los oídos, y después pasan el neocórtex que es la zona del cerebro donde se registran y analizan estos datos, para posteriormente enviarlos a los lóbulos prefrontales donde se organizan y se tratan de comprender los estímulos, haciendo un análisis minucioso del contexto, antecedentes y situación, para posteriormente enviar la señal final al sistema límbico, que es el que va a generar la respuesta consecuente; sin embargo, no en todos los casos los pensamientos fluyen con esta misma eficiencia.
LeDeux descubrió, que especialmente en situaciones donde se actuaba de forma impulsiva y con gran celeridad, la ruta neurológica tomaba una especie de atajo, y en lugar de enviar los impulsos del tálamo al neocórtex, los desviaba hacía la amígdala, donde se producía una respuesta casi instintiva a partir de los recuerdos más vivos del momento, y mandándola de forma directa hacia el sistema límbico; es decir sin pasar por los lóbulos prefrontales ni el neocórtex, y evitando así los principales procesos de análisis para resolver una situación.
Los investigadores señalan que esta reacción es comprensible, particularmente desde una condición evolutiva humana proveniente de tiempos ancestrales, donde era importante contar con una capacidad de respuesta rápida ante posibles y constantes amenazas, siendo éste en realidad un sistema de protección natural; no obstante que los especialistas consideran que este tipo de reacción podría ser un tanto discorde a nuestros tiempos, ya que se requiere una mayor proporción de respuestas razonadas y no impulsivas.
Es aquí donde pueden trabajar su inteligencia emocional, especialmente las personas con problemas de neurosis o que se basan demasiado en impulsos espontáneos, pues a partir de un razonamiento más profundo y con base en un juicio más amplio, se puede llegar a tomar decisiones más acertadas.
Empatía
La empatía es esencialmente la capacidad de comprender la visión y pensamientos de otras personas; en ocasiones se confunde con el hecho de escuchar y poner atención a los demás, aunque no se trata solamente de esto, sino de la capacidad para realmente ver las cosas desde el enfoque de terceros, lo cual nos puede permitir comprender mejor las perspectivas ajenas, y de esta forma poder desarrollar un ejercicio social más eficiente.
Este capacidad representa lo que el individuo siente de los demás; lo cual también suele ser un tipo de inteligencia emocional importante para tener una mayor tolerancia y comprensión hacia el exterior, lo cual de igual forma puede ayudarnos a resolver una gran variedad de conflictos, por ejemplo peleas familiares, pues de esta forma se puede adoptar una comprensión más amplia de las cosas, que permita buscar soluciones, considerando también las necesidades de las demás personas; a fin de cuentas el hombre no deja de ser un ser social, motivo por el cual este se vuelve un factor de importancia para un mejor desenvolvimiento social.
Habilidades sociales
Y si la empatía representa la concepción acerca de los demás, las habilidades sociales vienen a ser la respuesta, la consecuencia, o es decir, nuestra reacción hacia el exterior ante estos paradigmas y juicios internamente definidos.
Este elemento de la inteligencia emocional, nos permite desenvolvernos de forma más adecuada de acuerdo también a los principales convenios y normas de sana convivencia, y claro, también acordes al contexto del individuo. Aquí se pone en evidencia la capacidad social si se tiene una inteligencia emocional desarrollada, o en contraposición se pueden adoptar también conductas sociópatas.
Y aunque el enfoque principal de la inteligencia emocional se basa en estos cuatro elementos recién expuestos, algunos también añaden a la capacidad de adaptación y a la automotivación como otros dos factores de importancia dentro de la inteligencia intrapersonal.
Hábitos de las personas con una alta Inteligencia Emocional
Después de múltiples estudios con alto rigor académico, también se han logrado identificar ciertas conductas características que suelen estar presentes en las personas con una desarrollada inteligencia emocional, a continuación mencionamos algunas de estas cualidades.
Extrovertidos
Una de las características que distinguen a las personas con una desarrollada inteligencia emocional, es su capacidad para expresar sus emociones y formas de pensar con gran facilidad, es decir, que son bastante extrovertidos.
Esta capacidad llega a ser aún más marcada en las mujeres, pues se puede desarrollar un carácter enérgico, donde la mujer no tema realizar tampoco reacciones espontáneas con gran seguridad.
Sociables
Las cualidades hacia el exterior de una persona con la inteligencia emocional alta, también son habilidades importantes para desenvolverse con gran facilidad en un entorno social. Generalmente no les cuesta trabajo entablar conversación con personas desconocidas y tienen una gran capacidad para adaptarse a diferentes entornos y situaciones.
Con confianza
Otra cualidad característica es la confianza, lo cual tiene dos acepciones principales; ya que por una parte, poseen una mayor capacidad para poder confiar en las personas -claro, en aquellas que a su juicio cumplan con los requerimientos de una persona confiable-.
Y por otra parte, esta idea también se refiere a la confianza que se tiene en uno mismo; ya que la inteligencia emocional no sólo nos permite interpretar con claridad nuestras características, condiciones y cualidades, sino también asimilarlas, valorarlas, y desde luego aprovecharlas con un mayor nivel de seguridad.
Visión ética
Asimismo se ha demostrado que las personas con este tipo de inteligencia, suelen tener un mayor nivel de compromiso social, pues buscan llevar a la práctica la moral y los valores establecidos, en la mayor medida de lo posible en aspectos de la vida cotidiana.
En el caso de los hombres, por ejemplo, suele ejemplificarse en la práctica a través de la determinación en posturas ambientalistas, políticas, humanitarias, o aquellas que a juicio de la persona sean apropiadas y sean parte de igual forma parte de un bien común del cual también formamos parte.
Capacidad de liderazgo
Algunas de las habilidades importantes de las personas que desarrollan su inteligencia emocional, son aquellas relacionadas con la capacidad para convencer, y desde luego también de manipular a otras personas.
Este tipo de conductas son cualidades características de personas con un amplio sentido de liderazgo, lo cual desde luego tiene una fuerte base en la confianza adquirida, pero en este caso se trata precisamente de la respuesta, expresada en conductas con capacidades sobresalientes y de dirección.
Amables y cariñosos
Otra destacada habilidad que se menciona en diferente bibliografía sobre la inteligencia emocional, es la capacidad de expresar los sentimientos de una forma más fluida y directa. Esto se ve reflejado a través de conductas como el afecto y el amor.
Las personas que desarrollan esta habilidad, suelen tener también una vida emocional estable, pues no sólo son capaces de encontrar de mejor forma, una pareja más afín a las expectativas y deseos del individuo, sino que en consecuencia también suelen ser más congruentes y respetuosos de las relaciones, lo cual le permite tener una mayor estabilidad en este sentido.
Particularmente esto se hace más notorio en el sexo femenino, y de igual forma está relacionado con la capacidad para tener una vida sexual plena; a diferencia de aquellas personas que desarrollan unicamente el coeficiente intelectual, y quienes suelen tener mayores problemas como la ansiedad o la dificultad para disfrutar plenamente su vida sexual.
Personas más alegres
Y como una consecuencia de todas estas habilidades, las personas con una avanzada inteligencia emocional, también suelen tener un mayor grado de satisfacción en general, por lo cual suelen mantener una apariencia no sólo extrovertida, sino también alegre, en ocasiones bromista y en general con una perspectiva mucho más positiva.
La importancia de la inteligencia emocional como factor para regular, asimilar y diluir las cuestiones negativas, es una capacidad importante que permite mantener una postura positiva ante la vida, por lo que en general se generan personas visiblemente más felices. Esto significa también una diferencia conductual notoria en comparación con aquellas personas que únicamente desarrollan el coeficiente intelectual, y quienes suelen mantener una postura más fría, ecuánime y menos expresiva.
La Inteligencia Emocional en la vida laboral
Uno de los puntos importantes donde se puede llevar a la práctica la inteligencia emocional, es en cuanto a la vida laboral; desde luego comenzando por la elección de nuestra profesión u oficio, para lo cual se debe realizar un análisis exhaustivo tanto de habilidades como expectativas.
Aunque este tipo de inteligencia también resulta esencial para desenvolvernos en el interior de un empleo, particularmente en los casos que se requiere trabajo en equipo, aunque la capacidad de adaptación, así como las habilidades de liderazgo, pueden ser factores de éxito para el individuo con este tipo de inteligencia desarrollado.
Esto es importante de dimensionar, pues de acuerdo a obras referentes del tema, se ha documentado que el desarrollo del coeficiente intelectual, interfiere sólo en una quinta parte de los factores que determinan el éxito de una persona; lo cual explica porqué los individuos que se obsesionan con tener una calificación perfecta durante su desarrollo académico, llegan a descuidar factores esenciales de la inteligencia emocional, lo cual suele terminar obstruyendo el desarrollo profesional del individuo.
Y aunque para llegar al éxito también existen factores como la condición social, y hasta la suerte, actualmente se considera que de igual forma juega un factor crucial la inteligencia emocional, lo cual se involucra con una mayor variedad de factores esenciales de éxito, particularmente en comparación con la inteligencia cognitiva.
La Inteligencia Emocional se puede desarrollar
Los investigadores más reputados del tema también coinciden en que la inteligencia emocional no sólo no es innata, sino que cuenta con una gran capacidad para aprenderse y desarrollarse. Esto es parte del proceso que normalmente se conoce como maduración, y lo cual esencialmente significa la capacidad humana para poder tomar decisiones con base a un criterio y análisis más amplio, donde se tomen en consideración la mayor cantidad de factores posible, buscando así llegar a soluciones más acertadas.
Este tipo de inteligencia se desarrolla principalmente y con mayor énfasis a partir de experiencias propias; de ahí dichos famosos como ‘nadie escarmienta en encabeza ajena’, por ejemplo; aunque en realidad el ser humano también cuenta con la capacidad de aprender de experiencias externas o de terceros, aunque se tiene que tener un gran nivel de empatía para poder asimilar esta clase de conocimientos, para incorporarlos dentro del marco de juicios que forman parte dentro del proceso neuronal en el neocórtex, es decir, en la cadena formada de valores y paradigmas.
En que consiste un test de Inteligencia Emocional
Este tipo de test busca medir de algún modo el nivel de desarrollo de este tipo de inteligencia, aunque principalmente a partir de ciertos elementos en concreto. En este caso, a diferencia del coeficiente intelectual, aquí no se tiene un procedimiento científico plenamente consensado para diseñar una evaluación exacta de este tipo, debido principalmente a que se involucran factores más subjetivos y por tanto más difíciles de medir o valorar, puesto que tampoco se tienen respuestas tan claras.
En las pruebas de coeficiente intelectual, por ejemplo, se tiene plena certeza científica para obtener el volumen de un cuerpo geométrico tridimensional de acuerdo al número y tamaño de sus aristas; pero en cambio en la inteligencia emocional, no se puede determinar con la misma precisión cual es la respuesta correcta o incorrecta, pues mucho tiene que ver la interpretación e incluso el mismo marco conceptual y de valores de cada persona o región.
En este sentido las pruebas de test de inteligencia emocional, son más bien experimentos informales, para conocer ciertas tendencias acerca de situaciones o elementos en concreto; sin que se tenga hasta la fecha una fórmula para poder otorgar una calificación precisa al desarrollo de este tipo de inteligencia.
Daniel Goleman y la Inteligencia Emocional
El académico de la Universidad de Harvard, Daniel Goleman, sigue siendo uno de los principales referentes del área, pues con su obra homónima, logró colocar a la inteligencia emocional como todo un tema que se posicionó en el centro de las discusiones y el análisis sobre psicología desde mediados de los noventa.
Su definición de este tipo de inteligencia, como “la capacidad de reconocer, asimilar y encausar nuestras emociones para dirigir las conductas propias hacia objetivos anhelados, buscando conseguirlos y compartirlos con otras personas”, sigue siendo una de las más predominantes sobre el término.
Cabe señalar que también han surgido críticas hacia la obra de Goleman, aunque estas suelen estar enfocadas hacia puntos muy concretos, como por ejemplo definiciones y categorizaciones; no obstante que en general, se sigue valorando su aportación, la cual en realidad es un compendio que organiza y da mayor sentido a múltiples investigaciones científicas y sociales sobre el tema, lo que permitió también generar un aporte esencial, mismo que ha logrado ser desarrollado y discutido de forma más amplia, lo cual ha servido para definirlo y comprender sus implicaciones con mayor claridad.
La inteligencia emocional, una capacidad humana esencial para desenvolvernos con un mayor nivel de eficiencia, buscando llegar también a un mayor grado de felicidad, que desde luego debería ser siempre el objetivo prioritario.
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