Novedades sobre la detección del cáncer de mama

El cáncer de mama es el tipo de cáncer más diagnosticado en España en mujeres y el segundo con mayor incidencia a nivel mundial. Su detección temprana es clave para garantizar mayores probabilidades de supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por este terrible padecimiento de salud.

Respecto a la detección del cáncer de mama ha habido avances interesantes durante los últimos años. El método principal de diagnóstico es la mamografía, que consiste en una imagen tomada a partir de la exposición del tejido mamario a rayos X de baja intensidad. Su objetivo es detectar señales de cáncer de mama en etapas iniciales.

¿Cuáles son las novedades respecto a la detección del cáncer de mama?

A pesar de la importancia de la mamografía y sus innumerables beneficios, el procedimiento puede llegar a resultar incómodo para las pacientes. En este sentido, investigadores de todo el mundo trabajan constantemente en el desarrollo de métodos de diagnóstico que puedan resultar más eficientes, seguros y fiables.

Entre las novedades respecto a la detección y diagnóstico de cáncer de mama, encontramos lo siguiente:

Biopsias líquidas

Los avances en ingeniería genética han permitido desarrollar métodos de análisis que incluyen el estudio del ADN tumoral circulante (ctDNA) y la detección de células tumorales circulantes (CTC) liberadas en el torrente sanguíneo de mujeres con un potencial diagnóstico de cáncer de seno. Estas pruebas usualmente son conocidas como biopsias líquidas.

Algunos beneficios de esta técnica incluyen: determinar cambios genéticos en las células tumorales que puedan indicar un tipo de cáncer resistente a tipos de tratamiento en particular o analizar la respuesta del organismo al tratamiento indicado. También ayudaría a predecir si una lesión cancerígena puede reaparecer.

Nuevos estudios por imágenes

La mamografía utilizada en la actualidad ha conseguido evolucionar de manera destacable. Además del estudio de imágenes por Rayos X, ahora existen métodos complementarios que han demostrado gran eficiencia en determinadas situaciones.

Por ejemplo, encontramos la Gammagrafía mamaria, una técnica que puede utilizarse cuando la mamografía tradicional no ofrece toda la cantidad de información que el médico especialista necesita para proveer la atención médica adecuada según el caso.

También se dispone de la Mamografía por Emisión de Positrones (PEM), un estudio nuclear molecular mediante el cual se administran radios trazadores por vía intravenosa, los cuales ayudarán a obtener imágenes sobre la ubicación específica de una lesión tumoral. La ventaja de este método cuyos resultados no se ven afectados por la densidad del tejido mamario.

Así mismo, se viene utilizando la Tomografía de Impedancia Eléctrica (EIT), que funciona escaneando los senos para realizar una medición de su conductividad eléctrica. El fundamento de la técnica se basa en la idea de que las células cancerígenas conducen la electricidad de una manera diferente a los tejidos saludables o normales.

Finalmente, la elastografía de mama es otro de los métodos emergentes para el diagnóstico de cáncer de mama. La técnica utiliza ultrasonido para valorar la elasticidad o dureza del tejido mamario y detectar lesiones que son mostradas en un mapa de colores que representa las deformaciones del tejido.

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