¿Por qué el pan es más saludable tostado?
Los productos de panadería se han vuelto infaltables en nuestra mesa, en especial el pan, que por su variedad de sabores lo convierten en un acompañante versátil para combinar con diferentes alimentos.
Despertar y poner el pan en la tostadora se ha convertido en parte de la rutina diaria de millones de personas de todo el mundo y aunque su consumo excesivo puede resultar no demasiado recomendable para la salud, su ingesta moderada es importante para conseguir una dieta equilibrada.
La clave está en el tipo de pan, la calidad del cereal y el proceso de cocción. Si bien el contenido de nutrientes del pan fresco y el tostado es el mismo si ha sido elaborado con los mismos ingredientes, al ser tostado demanda menos trabajo en ser digerido y por tanto hace mucho más sencillo que se absorban sus nutrientes, con respecto al pan sin tostar.
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El pan tostado es necesario para conseguir una dieta saludable
Existen muchos mitos relacionados con las propiedades del pan y su consumo habitual. En general, no se trata de un elemento dañino en la dieta, siempre que se consuma de manera prudente. El pan es una fuente de carbohidratos importante, y siempre que las personas no sean alérgicas al gluten, pueden añadirlo a su dieta con libertad, sobre todo las versiones que incluyen mezcla de semillas que los vuelven mucho más nutritivos.
La dieta mediterránea, una de las más importantes del mundo y reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no descarta el pan en ninguna de sus versiones, pero invita a un consumo moderado, siempre en compañía de otros elementos que complementen la ingesta calórica necesaria para que el funcionamiento del organismo.
Más allá de la textura, no hay mayores cambios en sus propiedades nutricionales si el pan está fresco o tostado. La suavidad del pan depende del contenido de agua del mismo; cuando consumimos pan suave, estamos ingiriendo agua en cada miga, mientras que el pan tostado la ha perdido toda durante la cocción y hará que el cuerpo pida líquidos y se genere una mayor sensación de saciedad.
Justo esa puede ser la razón por la cual se ha tejido el mito de que el pan tostado puede ayudar a adelgazar.
Elegir los acompañantes perfectos
Dentro de la mencionada dieta mediterránea se utiliza con frecuencia el aceite de oliva extra virgen, ya que el mismo posee propiedades como combatir la diabetes, ayudar a perder peso y controlar los niveles de colesterol malo en la sangre.
Cortar rebanadas de pan, untarlas con aceite de oliva, especias y llevarlas al horno puede ser una forma simple de conseguir un bocadillo delicioso, provechoso para el organismo y de bajo contenido calórico.
Se trata de aprender a combinar correctamente los elementos de nuestra dieta. Un desayuno ideal incluye, por ejemplo, pan integral tostado, lechuga, tomate, queso fresco, leche desnatada, café o té y una pieza de fruta. Un conjunto de elementos que aportará vitaminas, minerales y energía para iniciar el día.
Es bastante interesante el artículo, como buena mente se señala una rebanada de pan diario tostado es una fuerte fuente de nutrientes, pero hay que saber compaginarlo con diferentes alimentos ricos en proteínas y pocos ácidos grasos
Un saludo!
Me encanta el Pan tostado pero mucho cuidado con la Acrilamida, una simple tostada todos los días puede hacernos daño a la larga.
Ahora bien, con la tostadita de aceite…
¡Súper de acuerdo!