Salvemos el buen aceite
Según un estudio que recientemente ha salido a la luz publicado gracias a la empresa Deoleo, al menos el 20% del olivar en España se encuentra en riesgo de extinción gracias a la proliferación de los cultivos mecanizados, que ofrecen una mayor rentabilidad, pero tiene otras desventajas, como el aumento de las enfermedades en los olivares por problemas de ventilación e iluminación, y una gran necesidad de riego controlado, que lo hace poco sustentable.
Ante esta situación, el analista oleícola internacional Juan Vilar, ha desarrollado un proyecto que permitiría implementar un protocolo de sostenibilidad que impida la extinción de los cultivos que operan con sistemas tradicionales, sean mecanizables o no.
El proyecto “Salvemos el Buen Aceite”, busca alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), mientras se contribuye con la sostenibilidad de los olivares españoles que sostienen la producción de aceite de oliva extra virgen, cumpliendo con los requisitos medioambientales, sociales, económicos y de calidad.
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Existe una brecha entre la producción y el consumo
El informe que ha sido presentado por el representante de la empresa Deoleo, indica que se ha incrementado en un 34% la producción mundial de olivo, sin embargo, lo más alarmante ha de ser la caída del consumo de 5%, equivalente a 3 toneladas. Estos datos son según la información entregada por el Consejo Oleícola Internacional (COI).
Siendo España el primer país productor de olivo y también uno de los principales consumidores de aceite de oliva extra virgen, no ha escapado de las estadísticas negativas en cuanto al consumo. Se trata de un sector que representa el 0,6 % del PIB nacional y ofrece trabajo a una población de 220 mil personas.
La sostenibilidad de la producción de aceite de oliva necesita con urgencia la implementación de iniciativas desarrolladas en base a trazabilidad, aumento de los estándares de calidad, mayor diferenciación entre las variedades, la promoción del consumo y la educación del consumidor.
Con todo esto se intenta generar valor que permita disminuir la brecha existente entre la producción y el consumo, como es el caso de Carbonell, marca que pertenece a Deoleo, que se dedica a la comercialización de aceite de oliva extra virgen de producción sostenible bajo la certificación de INTERTEK.
¿Cuáles son las vías de actuación?
Juan Vilar ha propuesto distintas alternativas que resultan eficaces para solventar la situación y disminuir la brecha entre producción y consumo, sin la implementación de sistemas intensivos y superintensivos de cultivo del olivo, dadas sus considerables desventajas.
En primer lugar, se vuelve necesario desarrollar políticas de incentivo del consumo que permita absorber la creciente oferta, estableciendo un entorno más adecuado para que los olivares de todos los tipos resulten rentables.
Lo siguiente, sería el desarrollo de una estrategia de diferenciación que permita que los usuarios comprendan cuál es el valor añadido de una producción sostenible. De esto hay múltiples referencias, como por ejemplo la olivicultura ecológica y olivicultura bio regenerativa.
Finalmente, la optimización de los costes de producción resultará fundamental para que todo el proceso se desarrolle de manera saludable.